CAPÍTULO 7

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Septiembre se había ido y Levi recibía octubre vestido de forma deportiva mientras subía y subía las ultimas cajas con sus cosas que había llevado de la casa de su madre, sonrió al ver la sala del lujoso departamento llena de cajas y el ambiente ya con los muebles de su gusto, ya no todo era blanco y pulcro, el enorme sofá que había comprado era de cuero suave de color negro, cojines azul eléctrico conjugado con dos sillones individuales del mismo color de los cojines, en el centro estaba la mesa de vidrio, la pantalla plana estaba ya instalada en la pared y un retrato de él con su familia hecho antes de descubrir la enfermedad de su padre. La cocina también había sufrido cambios con sus colores favoritos, los electrodomésticos negros con las pocas decoraciones en azul, contrastaba perfecto con el tono blanco.

Puso música a un volumen que se escuchara en cada rincón del departamento, agradecía que su nuevo hogar fuera caro porque por consecuencia estaba pagando locación, privacidad y calidad de materiales, probablemente la música no se escuchaba en los demás departamentos, y así, comenzó a sacar el contenido de cada caja con paciencia y criterio mientras repartía el contenido en la sala y cocina que era un espacio abierto entre ellas, su cuarto, la habitación que sería su oficina, los baños y hasta en el mueble de entrada donde ponía algunas pantuflas para estar en casa.

A eso de las dos de la tarde sonó el timbre de su departamento y extrañado, porque no esperaba a nadie, abrió la puerta y jadeó sorprendido al ver a su familia allí con bolsas con comida.

- ¡Hola hermanito!

Levi se apartó y dándole un abrazo a su madre los dejó pasar con gusto, sus hermanos silbaron al ver el interior del departamento mientras su madre e Isabel desempacaban la comida china y la comenzaban a poner en platos que Levi sacaba.

- ¿Y sus jefas?

- Almorzando con su familia...

- Comiendo con sus amigas...

Isabel soltó una carcajada porque sus dos hermanos mayores, los súper alfas contestaban mansamente cuando se trataba de sus mujeres, ni siquiera refutaron el que Levi les dijera "jefas".

- Falco, Farlan, coloquen lo que falta en la mesa y así nos sentamos a comer.

- Si, mamá.

Levi sonrió porque sus hermanos a pesar de ser alfas, ser proclamados cabeza de la familia según los medios y tener 30 años en promedio seguían obedeciendo a su madre como si de niños se trataran. Comieron a gusto y los cuatro elogiaron el lugar que el menor de los varones se había conseguido, hicieron bromas e Isabel lloriqueaba porque ya todos se habían independizado y a ella aún le faltaban años. Levi no volvió a tocar una caja, en su lugar abrió un vino blanco y se pusieron a hablar del pronto evento familiar, el matrimonio de Falco con su prometida. Farlan bromeaba y le decía que aun podía correr, que él se estaba volviendo loco porque iban varios días que Mina lo despertaba por la madrugada por un antojo de algo que mágicamente nunca tenían en casa.

🌹

Levi salió a despedir a su familia hasta el ascensor y cuando volvió a su departamento se fue a su cuarto y se dejó caer en la cama, tenía un extraño sentimiento con dejar la casa en la que creció, ni siquiera cuando se había ido a Estados Unidos tenía ese sentimiento extraño. De repente el sonido de su teléfono lo sacó de sus pensamientos sobre qué al fin dejó el nido completamente, tenía trabajo, coche y casa nueva.

"¿Eren?" Fue lo primero que dijo al ver el autor de la llamada.

"Hey, creo que te estoy viendo"

"¿Qué? ¿De qué hablas? ¿Dónde estas?"

"En mi casa..."

El azabache miró hacía el ventanal de su habitación en donde había vista hacía la otra torre y algo del río y ciudad.

Lo quiero todo - Ereri (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora