CAPÍTULO 22

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Eren le daba sus mejores sonrisas a los empresarios que saludaba mientras observaba desde lejos a Levi charlar entretenido con una CEO norteamericana.

Apenas el omega se había metido al baño él salió a la sala de la habitación para no incomodar y no tentarse, porque sabía que si veía el cuerpo del menor húmedo y bajo la regadera, él no se controlaría. Levi no lo había mirado a los ojos en ningún momento desde que salió de la ducha, se arreglaron y salieron a desayunar.

Él quería hablar sobre lo que había ocurrido, disculparse al menos, pero fue cortado por el contrario cuando al estar en el ascensor le dijo que no se comiera la cabeza y que había ocurrido porque eran alfa y omega y sus lobos habían influido. En él claro que lo había hecho, pero no le molestaba, había algo más y ya no se lo negaba. Le gustaba Levi y se sentía de una forma que ni con Historia le había ocurrido.

Historia. No le había respondido las llamadas y era cortante en sus mensajes, no tenía la cara para hablar con la mujer que era su esposa cuando estaba con el chico que causaba un terremoto en su cuerpo. ¿Cómo hablaría con ella cuando lo que más le importaba en ese momento era aclarar las cosas con Levi? Necesitaba saber cómo se sentía el azabache, si él lo había influenciado y orillado a lo ocurrido o si este también lo deseaba. Le rezaba a Dios porque fuera la segunda opción.

Trataba de llevar el hilo de las conversaciones, sabía que esa era una gran oportunidad para hacer conexiones que beneficiarían la empresa, pero simplemente no se podía concentrar. No cuando Levi era centro de miradas de alfas cada vez que caminaba o sonreía. Estaba celoso y lo reconocía, odiaba que otros miraran al hermoso omega.

Conectó miradas con el azabache cuando este, luego de despedirse de las personas con las que estaba, se le acercó a paso lento sin dejar el contacto visual en ningún momento. El castaño salivaba con cada paso que el más bajo daba en su dirección. Todo en Levi gritaba seducción y eso lo volvía loco.

- ¿Encontraste al empresario inglés? - Levi miraba atento al mayor, remojaba sus labios cada cinco segundos debido al nerviosismo que la mirada de depredador le causaba.

- ¿Qué? - el alfa miró confundido al menor, y es que solo había escuchado la palabra inglés, estaba demasiado concentrado en otras cosas, tanto que ni se dio cuenta cuando se había quedado a solas con el omega.

- Me dijiste que querías establecer relaciones con un empresario inglés... Por eso me trajiste ¿recuerdas?

- Oh... es verdad, lo vi hace un momento y lo he invitado a cenar hoy, quiero ganarme su simpatía.

- Buena idea... y... ¿Qué hacemos aquí? - Eren miró alrededor, notó que el coctel se había terminado ya que seguía la charla de innovación en los negocios. - Debemos ir a la sala de conferencias.

- Cierto. - murmuró el alfa, carraspeando incomodo porque se estaba comportando como un adolescente tonto frente al omega con más experiencia que conocía. - Vamos...

Levi asintió a modo de respuesta para darse la vuelta y caminar hacia donde debían ir, saltó cuando sintió la mano del contrario en su espalda baja, guiándolo hacia donde debían dirigirse.

Levi realmente no prestó atención a la conferencia, él era abogado, no empresario, no le interesaban las maneras más innovadoras de vender productos y las nuevas aplicaciones que se estaban desarrollando. Estaba demasiado inmerso en sus pensamientos, en los recuerdos de horas antes. Miraba a Eren cada vez que este no lo estaba mirando, agradecía la oscuridad de la sala porque podía detallar y mirar sus labios, los labios que horas antes recorrían su cuello y se movían contra los suyos en besos que amaría repetir, pero no podía.

Las cosas no debían ocurrir así. No quería ser el otro, y es lo que sería porque Eren aún estaba casado, por eso era tan importante su plan.

Se recordó que por algo había calculado cada paso de su plan, plan que se había ido al carajo porque simplemente no entendía qué pasaba con el alfa. La esperanza lo llenaba cada vez que pensaba en que quizás era amor lo que sentía Eren por él, pero luego recordaba que hace solo unos días le decía lo mucho que ama a Historia, su mujer. La mujer que lo traicionaba y manipulaba solo por dinero.

Lo quiero todo - Ereri (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora