CAPÍTULO 35

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Levi corría por el departamento al borde de la desesperación.

Faltaba poco para que el alfa llegara y es que lamentablemente para este, desde ese día comenzaría a llegar tarde debido a la cantidad de reuniones que debía tener con cada departamento de la empresa. Cosa que lo tenía estresado y de mal humor por tener menos tiempo con el omega.

Por esto es que Levi había enviado a su hermana a comprar comida, golosinas y bebidas que había anotado en una lista mientras él decoraba y trasformaba junto a Jean la sala de su departamento, el cual se había ofrecido a ayudarlo por un par de horas a pesar de solo faltar un día para uno de sus exámenes.

El sofá en conjunto con las mesitas y todo fue corrido hacia los extremos de la habitación, en donde con el alfa colgaron sabanas y visillos de cortina desde la lámpara que estaba en medio del cuarto junto a luces blancas.

Entre los dos movieron el colchón del cuarto de invitados y lo metieron debajo de la tienda que habían formado. Casi grita cuando el timbre fue tocado y el pánico de que fuera Eren lo inundó por el segundo que le tomó recordar que el alfa se sabía perfectamente la clave, por lo que corrió a abrirle a su hermana que entraba con bolsas y comenzaba a desempacar para ponerlo en platos, mientras Levi volvía a correr en busca de las mantas que tenía guardada y había comprado. Sonrió feliz cuando vio como había quedado la improvisada tienda.

- Dejé la champaña en el congelador, que no se te olvide o se va a reventar. - comunicaba feliz la omega mientras tomaba sus cosas junto al alfa que miraba todo. - También debes calentar la comida que dejé en el horno, es llegar y encender ¿Ok? El vino y las copas están en la encimera, ahí deciden qué tomar. Y las golosinas están allí. - terminó de comunicar indicando cada cosa. - Pásala bien, pero no tanto que aún no quiero sobrinos de tu parte. - el omega rió y abrazó a su hermana.

- Los amo, muchas gracias por esto. Juro que les haré un altar.

Se despidió de ambos y corrió al baño una vez la puerta fue cerrada y es que, si los cálculos no le fallaban, Eren llegaría en pocos minutos. Salió del cuarto de baño 5 minutos después de su ducha exprés para quitarse todo el sudor, sonriendo coqueto cuando en vez de algún pijama, tomó una de las camisas del mayor que a él le quedaban grandes y cubrían hasta la mitad de sus muslos. Con esa única prenda, caminó y apagó cada luz a su paso, haciendo que solo las luces en la improvisada carpa iluminaran el lugar, dando un toque romántico y sensual. Levi llevó las bandejas con comida hacia el lugar, dejándolos fuera de la tienda pero a la mano para que pudieran comer y estar cómodos.

Se sentó sobre la encimera a un lado de las copas a las cuales había servido vino apenas escuchó como se ingresaba la clave, siendo seguido por el sonido de los zapatos de Eren estrellándose contra el suelo.

- ¿Levi? ¡Llegue! - murmuró Eren, creyendo que la luz de la sala provenía de la televisión, caminó por el pasillo mientras sacaba su saco y frena al ver la nueva decoración del salón. - ¡¿Amor?!

- ¿Si, Eren? - murmuró suavemente el azabache, haciendo que el alfa lo mirara automáticamente con una sonrisa y ojos brillantes. - ¿Te gusta?

- Me encanta... - se acercó el alfa, lamiendo sus labios al ver los muslos del omega desnudos. Antes de acercarse por completo, recorrió lentamente al azabache, apreciando desde los pequeños pies desnudos, subiendo por las piernas gruesas, pero no demasiado, hasta sus muslos cruzados y el torso cubierto por unas de sus camisas, la cual estaba con botones desabotonados, mostrando las clavículas y cuello del omega siendo decorado por el collar que le había regalado en Inglaterra. - Aunque me gusta más esta sorpresa. - murmuró con voz ronca pegándose al costado del omega para poder besarlo suavemente. - ¿Acaso dormiremos en la sala?

Lo quiero todo - Ereri (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora