CAPÍTULO 28

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Jean miró la hora en su reloj cuando el quinto bostezo llegó. Recién eran las 10 de la noche, pero él estaba terriblemente cansado.

Se le estaba haciendo muy difícil controlar todo en la ausencia de cierto omega, pero no quería por nada del mundo arruinar su pequeña escapada con el CEO de la empresa. Aparte de que justo era su cumpleaños ese día así que con menor razón no llamaría ni enviaría un mensaje diciéndole que estaba saturado y que sentía que los ojos se le caerían de tanto leer documentos.

No, tendría todo listo para las firmas para cuando su jefe llegara.

Masajeó su cuello mientras soltaba un gemido adolorido, estaba tenso, cansado y hambriento... Una muy mala combinación.

Cerró la puerta que daba a la oficina de Levi con llave para luego hacerlo con la suya, una vez listo tomó su mochila y sin querer volver a ponerse ni el saco ni la corbata salió con ambas cosas en su brazo.

El piso estaba casi a oscuras con solo algunas luces iluminando, era el único que quedaba y eso le gustó al no estar recibiendo las malas miradas de los más veteranos.

Tragó saliva sorprendido al ver que el ascensor se abría, pero no estaba vacío, desde adentro los azules ojos de cierto omega lo miraban serios.

- ¿No subirás? - preguntó el más bajo al ver que el alfa no hacía el intento de entrar al reducido espacio.

- Sí, lo siento... Me sorprende verlo a estas horas aquí...

- Bueno... Tenía trabajo pendiente ¿Y tú? - Armin miró atento las fachas del alfa, camisa con dos botones libres y las mangas de estas alzadas hasta sus codos, dejando ver el reloj y algunas pulseras de plata. Se veía caliente y no lo negaría, lástima que para el omega el chico fuera tan intenso.

- ¿Señor Arlert me está escuchando?

- Sí, lo siento... me distraje ¿Qué decías?

- Que, si le gustaría ir a comer pollo frito conmigo, no he comido nada desde las dos y realmente no me gusta comer solo.

- ¿Solo por eso? - murmuró desconfiado, sin creerle al menor.

- Por qué más sería... Cuando nos quedamos trabajando hasta tarde con Levi siempre vamos por comida o lo hacemos en su departamento, pero como está de viaje me he sentido algo solo. - el omega tragó saliva, separando la mirada de ambos a través de los espejos, estaba tenso y le había molestado algo o todo de lo que había dicho el alfa. - Sin presiones, Señor Arlert... solo dos compañeros de trabajo que van por pollo y quizás una cerveza.

- Claro... seré el remplazo de tu Levi hoy...

Jean vio confundido como el omega salía enojado del ascensor caminando directamente hacia su auto, diciéndole sobre un local que no se llenaba y era bueno y que lo vería allá.

El alfa suspiró mientras se subía al coche de Levi, el omega le había dejado las llaves y prácticamente le había exigido que lo usara para movilizarse ya que debía llegar rápido a la oficina ya sea de su casa o universidad.

En el camino pensó y pensó en el omega. Le seguía gustando, pero sentía que se estrellaba contra un muro cada vez que intentaba acercarse de manera romántica. Armin le aceptaba las charlas amigables y comidas como compañeros, pero se erizaba como un gato apenas le decía algo parecido a un coqueteo.

Las flores y tarjetas deseándole un buen día se habían detenido cuando había hecho esa extraña parte del plan con su amigo y desde ahí no habían vuelto, no porque no quisiera, porque estaba ocupado y su lobo le recriminaba del constante dolor al sentirse rechazado.

Lo quiero todo - Ereri (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora