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Un par de días antes.

Flash llegó bastante cansado al Imperio de Cristal.

El peso de sus nuevas labores era mayor al de su armadura, en el fondo no entendía por qué Shining Armor le ordenó ser su semental al mando de un trabajo tan delicado. Agradecía su confianza para delegarle algo así, pero no estaba particularmente feliz, para nada.

Era como si se estuvieran alistando para una guerra.

Le pareció excesivo, por otro lado, si lo que había escuchado era correcto, sabía que la propagación del virus era mucho más aterradora que cualquier otra cosa enfrentada por Equestria.

Al menos ocurrió algo positivo en su viaje: Finalmente pudo tener una conversación real con la Princesa Twilight, fuera del papel y la tinta.

Saludó a sus compañeros, la mayoría se retiraba por el cambio al turno nocturno, respondió vagamente sus preguntas si surgían, o al menos eso intentó hasta que se encontró a sus dos hermanos favoritos a mitad del pasillo.

—Dichosos los ojos que lo miran, Sargento, creí que estarías más tiempo holgazaneando y leyendo las cartas de tu yegua —no pudo mantener la fachada seria pero relajada, sus ojos rodaron con fastidio.

—No es "mi" yegua, Spices, solo es una amiga con gran conocimiento histórico —ignoró su mirada burlona—. Y como ya pasó mi tiempo de aislamiento, tengo que volver al servicio y hablar con el Comandante.

—¿Ya pedirás oficialmente su casco?, ¡Oye! —se quejó al golpe inofensivo de su hermano, Flash le sonrió al otro semental.

—Gracias, Fizzy, ojalá ella aprendiera algo de ti —fue su turno de burlarse.

Aunque intentó mantener su amistad con la Princesa en secreto, no tuvo mucho éxito en ocultarlo de los Cherry, al menos cuando lo molestaban tenían cuidado de no revelar de quién estaban hablando.

Si, hablar con la hermana menor de tu jefe fuera de lo estrictamente profesional podría ser un problema, en especial si el chisme se propagaba. Por otro lado, la Princesa Cadence, esposa del Comandante y cuñada de Twilight, era consciente de sus interacciones y, para su intriga, casi parecía feliz al respecto.

Ignoró eso cuando llegó a la oficina particular del Príncipe del Imperio, tocó la enorme puerta de cristal antes de escuchar un llamado a pasar.

—Justo a tiempo, Sentry. Descansa y toma asiento —retiró el saludo antes de obedecer su petición.

Sus ojos divagaron un poco en el lugar, había tomado algo de tiempo restaurarlo, ahora era menos una Sala de Guerra de las que abundaban en el palacio y más la oficina de un político, o en este caso, un Príncipe.

—¿Qué tal el aislamiento de un día? —preguntó el Comandante, revisando un par de documentos que flotaban con su magia, pero a la vez atento a la respuesta por venir.

—Fue buena excusa para una siesta de diez horas —ese comentario le sacó una risa a su superior.

—Considerando el trabajo que viene por delante, te vendrá bien ese descanso.

—Canterlot está siguiendo el protocolo de forma exitosa, servirá para contener los contagios hasta que la Princesa Celestia actualice las medidas de seguridad y detección, y esperamos que sea pronto.

—Es bueno escucharlo, pero te llamé para discutir otro tema en particular.

El Príncipe sacó un sobre amarillo de su escritorio, Flash observó con creciente curiosidad.

—¿Recuerdas el Proyecto Armonía?

—Sí, Señor —era difícil olvidarlo, fue el nombre en clave para los preparativos de la Guardia Real de la Princesa Twilight. Fácilmente tenía años bajo llave.

La Corona de Equestria (MLP:FiM AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora