Capítulo 10 - Aura

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—Puedes hacerlo —me dice Milo desde el asiento del conductor en la camioneta de Henrik—. Lo sabes.

Asiento.

—Sé que puedo, pero tengo miedo.

—¿De qué?

—De ser transparente, de no poder mentir.

Milo sonríe y me toma de la mano.

—No tienes que entrar en detalles, Aura, sólo responde lo menos que puedas sobre Eric y estarás bien.

—Sí, tienes razón.

Milo baja primero de la camioneta y se apresura para ayudarme a salir del asiento del copiloto. Me ayuda a bajar, coloca la alarma del vehículo y nos encaminamos a la entrada de la casa que renta Luca.

No pude esperar más tiempo para empezar a trabajar. No me quedo quieta en casa, todo me pone de mal humor y necesito un poco de normalidad. Además, hoy por la noche es el primer concierto con la nueva alineación de las bandas... Creo que estoy más ansiosa que Eric, no sé.

Y hoy, por primera vez, uso un vestido de maternidad en color verde claro. Milo ya me hizo algunas fotografías para que pueda enseñarle a Eric. No tiene su celular ahí, pero sí acceso al correo electrónico.

No he parado de pensar en él. Ni mientras aguardo a que abran la puerta puedo sacarme de la cabeza su voz. Esta noche lo he extrañado como nunca, lloré hasta dormirme y sólo logré conciliar el sueño un par de horas.

A pesar de todo me siento como una mujer afortunada. Eric me dio la oportunidad de realizar mi sueño sin exigirme cumplir con gastos que no podría costear con mis pocos ingresos. Al final, si ahora estoy aquí es gracias a su apoyo.

Él trabaja incansablemente. Si no está de gira, está componiendo canciones para otros músicos, no descansa. Todo para que yo pueda escribir sin presiones, sin pensar en las fechas de corte de mis tarjetas de crédito o en que no tengo dinero para la leche de los niños.

Eric es mi pilar, mi sitio seguro. Anoche lo único que quería era cobijarme en un abrazo suyo, esos que me hacen sentir que todo está bien.

Quise al papá de mis hijos conmigo, no en otro país.

No con una mujer igual a su ex novia.

—Tu rostro es una mezcla de felicidad y asesina serial —opina Milo.

Suspiro hondo.

—Sólo pensaba.

—¿En la chica parecida a la ex de Eric?

—Ajá.

Tuve que contarle. Milo sabe que he hablado con Gustavo y prometió no contarle a Henrik hasta que tuviéramos algo claro.

—Eric no te engañará, es más fácil que caiga un meteorito y nos extermine a todos.

—Ya sé, es sólo que...

—Entiendo, Aura, no tienes que dar explicaciones.

Tatiana abre la puerta, nos regala una sonrisa y se apresura a recorrer el camino hasta la reja.

—Hola, bienvenidos —saluda con tanta alegría que me inquieto más—. Los estábamos esperando.

—Hola, gracias —musito.

Milo pasa un brazo sobre mis hombros mientras caminamos hacia la puerta y, al entrar, una bomba de confeti explota en mi cara.

—¡Sorpresa! —gritan César, Theo, Luca y Tatiana.

Han decorado con globos, cintas de color rosa y dibujos de cigüeñas con bebés por todos lados. En medio, en una mesa, se encuentran un montón de bocadillos y refresco; también hay varios regalos sobre uno de los sofás.

La melodía de Auric - Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora