Capítulo 21 - Aura

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—¡Qué bonito lugar! ¡¿Podemos vivir aquí?! —grita Rachelle cuando sale al balcón de la pequeña casa donde vive Eric durante su estadía en la clínica.

—Viviremos en un lugar más bonito, te lo prometo —responde su padre.

La pequeña corre al barandal. Eric la sigue como el papá asustadizo que siempre ha sido.

La brisa revuelve las coletas de Rachelle y la cabellera larga de mi esposo. Es una imagen preciosa. Los dos ahí contemplando el mar con el cielo azul como fondo.

Soy una mujer muy afortunada.

Los deditos de Rik se enredan con los míos. Al bajar la mirada encuentro sus enormes ojos negros que deben ser iguales a los de su madre o padre biológico, pero que yo siempre he visto parecidos a los de Eric.

—Te amo, lo sabes, ¿verdad?

Rik asiente.

—Yo también, mami, ¿estás molesta?

—¿Por qué estaría molesta?

—Papi y tú estaban muy callados en el taxi.

Me agacho hasta su estatura y aparto el cabello de su frente. Siempre es un problema cortarle el cabello porque lo quiere largo como su papá, pero se enoja porque le causa calor; entonces vive entre la encrucijada de llevarlo largo o corto y eso lo pone de mal humor.

—No estoy molesta, papá tampoco, sólo ha sido una mañana... extraña.

Rik parpadea mucho, eso hace cuando está nervioso. Tiene unas pestañas hermosas.

—¿Esa mujer volverá? La que besó a papi.

—No, amor, esa mujer ya salió de nuestras vidas... ¿Quieres tomar algo?

—¿Leche con chocolate? —Sus ojitos brillan.

—Bien, tomemos leche con chocolate —acepto. Compramos una caja antes de volver—. Y te contaré de papá, ¿de acuerdo?

—¡Sí!

Al incorporarme noto que Eric nos mira, lo calmo con una sonrisa.

Entro con Rik a la casa y vamos al refrigerador por la caja de leche con chocolate que tanto ama. Es un día lleno de calorías, pero hoy descubrirán sus orígenes y quiero que sean felices, es todo lo que anhelo.

Sin duda alguna sacrificaría mi vida por ellos, porque son mis hijos y su bienestar es lo que más deseo en la vida.

—¿Vas a llorar, mami? —pregunta Rik mientras sirvo la leche en un vaso de plástico.

—No, amor, es la arena —miento—. Toma.

Rik acepta el vasito. Yo lo cargo y siento arriba de la encimera en la cocina, así puede ver a su papá y su hermana a través de la ventana; ellos siguen afuera conversando.

—Sabes que papá es famoso, ¿verdad?

Mi hijo hace un asentimiento.

»¿Sabes qué tan famoso?

—Uh... no...

—Bien —sonrío—. ¿Sabes que pertenece a «MalaVentura»? Está con tu tío Henrik. —El pequeño vuele a asentir—. Y que papá primero fue parte de «Gray» donde estuvo con Dimas, mi ex pareja y tu tío.

Rik sonríe y asiente con entusiasmo.

»Muy bien, admito que todo esto es complicado, pero me sigues, ¿verdad?

—Sí, mami.

—Bueno, Malaventura y Gray son muy unidas, iniciaron juntas, aunque sus estilos son algo diferentes, y las historias personales han atraído muchísima atención... Digamos que... tu papá es conocido por personas que ni hablan nuestro idioma, quisiera decir que es sólo por su música, pero también es por como se ve porque, o sea, sabemos que tu papá es muy guapo.

La melodía de Auric - Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora