Encuentro De Dos Almas Galácticas[𝑨𝒄𝒉𝒆𝒓𝒐𝒏 𝒙 𝑱𝒊𝒏𝒈𝒍𝒊𝒖]

Capitulo 6.

El poder de la emanadora Acheron.

Jingliu, sorprendida por el cambio repentino en Acheron, se vio envuelta en aquel extraño espacio onírico. A medida que los tonos de blanco y negro la rodeaban, su expresión reflejaba desconcierto y curiosidad.

Jingliu: ¿Qué es este lugar? ¿Cuál es tu verdadero poder, Acheron?

Acheron, con una mirada desafiante, se movía con gracia y agilidad, deslizándose entre los contrastes de luz y oscuridad.

Acheron: Este es mi dominio. Soy la encarnación del equilibrio entre la energía elemental y la fuerza de la via de IX, En este espacio, todo lo que creías saber sobre mí será desafiado.

La energía roja que fluía por el brazo de Acheron se intensificaba, esto iba generando en ella una gran complementacion entre el poder del "vacío"

Jingliu, consciente de que se enfrentaba a una fuerza sobrehumana, mantuvo su postura firme y enérgica.

Jingliu: No me subestimes, Emanadora. Mi manejo de la energía de mi hielo nunca me ha fallado. Si crees que tu hoja y el vacío de este espacio me detendrán, te equivocas.

Al decir esto, Jingliu desató una poderosa onda de energías que avanzó hacia Acheron con fuerza devastadora. Pero en un giro inesperado, la espada de Acheron se movía rápidamente para interceptar la onda, disipándola por completo.

Acheron sonrió con satisfacción al ver el asombro en los ojos de Jingliu.

Acheron: Como dije, Jingliu, en este espacio soy invencible. Mi poder es la fusión perfecta de la energía elemental de mi rayo y de la via de la Nihilidad .

La batalla épica entre las dos guerreras continuó en aquel ambiente onírico, donde las leyes de la realidad parecían desvanecerse. Ambas luchaban con determinación, cada una empujando sus capacidades al límite, en busca de la victoria final.

Sin embargo, a medida que la batalla se intensificaba, Jingliu comenzó a comprender mejor el verdadero poder de Acheron. Se dio cuenta de que no se trataba solo de su fuerza física o su dominio de la energía, sino de su habilidad para manipular la realidad misma.

Con cada movimiento de su espada y cada cambio en el entorno, Acheron alteraba las reglas del espacio onírico a su voluntad. Los rayos de luz y las sombras se retorcían y se entrelazaban, creando obstáculos imprevistos para Jingliu.

Pero Jingliu no se dejó intimidar. Utilizó su astucia y su conocimiento de los elementos para adaptarse rápidamente a los cambios de Acheron. Desplegó un escudo de hielo que no solo la protegía de los ataques de su oponente, sino que también le permitía desviar las alteraciones del entorno.

La batalla se volvió aún más intensa, cada una de las guerreras desatando todo su poder para superar a la otra. Los ataques y las defensas se sucedían velozmente, creando un espectáculo visual de luces y explosiones.

Sin embargo, a medida que el enfrentamiento se prolongaba, Jingliu comenzaba a agotarse. Acheron parecía poseer una inagotable fuente de energía y resistencia, mientras que ella sentía cómo su fuerza disminuía lentamente.

Consciente de esta desventaja, Jingliu decidió cambiar de estrategia. En lugar de atacar directamente a Acheron, comenzó a concentrarse en debilitar su dominio sobre el espacio onírico. Utilizando su conocimiento en la manipulación de los elementos, comenzó a desestabilizar las fuentes de energía de Acheron y a crear perturbaciones en el entorno.

El dominio de Acheron sobre el espacio onírico comenzó a debilitarse, lo que le dificultaba mantener su ventaja. Sus movimientos se volvieron más torpes y su defensa menos precisa.

Aprovechando esta oportunidad, Jingliu se lanzó hacia adelante, desatando un último ataque con toda su fuerza restante. La energía de su hielo y su determinación se fusionaron en un poderoso golpe final que impactó de lleno en Acheron.

El impacto fue tan fuerte que la habitación onírica se desvaneció, volviendo a la realidad. Jingliu se encontró de pie, frente a Acheron, quien yacía en el suelo, visiblemente debilitada.

Jingliu se acercó a su oponente caído, sintiendo una mezcla de triunfo y compasión.

Jingliu: Emanadora, tu poder puede ser formidable, pero no puedes escapar de las leyes del equilibrio. La fuerza del vacío y la energía elemental no pueden ser controladas completamente. Es hora de que encuentres tu verdadero lugar y yo misma te daré el final digno que mereces, se que pasas por mucho es doloroso lo sé somos iguales Pero que la fuerza de nuestras espadas sean quienes Digan lo que nos depara el destino el cual es...la muerte.

Continúara...