Capítulo 19

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Lyra volvió al castillo Malfoy un día antes del que se esperaba la llegada de los invitados a la fiesta-cacería. Encantada por ver a su cuñada, y reflexionando pesarosa en las cosas que le contara Draco sobre su infancia, Hermione salió corriendo al patio a recibirla con un fuerte abrazo.

—Supongo que viene el conde de Goldstein —le dijo Lyra después de los intercambios de saludos.

—Sí, lo invité.

—Rayos, qué lata —comentó Lyra, echándose atrás la capucha de la capa—. Supongo que por eso madre insistió tanto en que volviera.

—No intentará casarte con él, ¿verdad?

Hermione recordó la muy prosaica proposición del conde en Londres. Cielos, por lo menos doblaba en edad a Lyra. ¿Es que nadie creía en el amor en esa casa? Con cierta tristeza supuso que en realidad nadie ahí sabía qué era.

—¡Por fin! —exclamó Lyra, cogiéndola del brazo para entrar juntas en la casa—. Alguien que ve las cosas como yo. Madre simplemente no entiende, y Draco tampoco. Estoy tan contenta de que estés aquí, Hermione. No permitirás que me obliguen, ¿verdad?

—¡¿Que te obliguen?! Santo cielo, Lyra, no estamos en la Edad Media.

Lyra la miró de soslayo con una expresión tan dudosa que Hermione sintió bajar un escalofrío por la espalda.

—Estoy segura de que Draco y tu madre desean lo mejor para ti. Sólo desean que seas feliz en tu vida.

—Ojalá quisieran eso, pero sé con certeza que la principal prioridad de madre es casarme con el noble de más alto rango posible, sea guapo o feo.

Hermione recordó su huida de Nueva York para escapar del decididamente aburrido señor Palmer, que no sabía lo que era una sonrisa ni aunque la tuviera ante las narices.

—Y Draco... —continuó Lyra—, Draco se niega a escucharme sobre lo que me haría feliz. No puedo hablar con él. No quiere oír.

—El conde de Goldstein no me parece tu tipo.

—Mi tipo. Exactamente. Qué frase tan maravillosamente moderna. ¿Es americana? Dime, ¿cuál crees que sería mi tipo?

Hermione se echó a reír.

—Ah, no lo sé. Eso tienes que decidirlo tú. Pero creo que lo conocerás en el instante en que lo veas. Lo verás en sus ojos, será el hombre más guapo, más fascinante del mundo. Esperemos que tengas la suerte de enamorarte de un hombre al que apruebe tu madre.

—Como tú —dijo Lyra riendo. Hermione no supo qué contestar.

Subieron la escalinata y después que Lyra saludó al ama de llaves en la puerta, las dos fueron directo a su habitación. Lyra le conto todo sobre su viaje y estancia en Exeter con su tía y le explicó algunos de los problemas en que se había metido Abraxas.

Después se sentaron en la cama. Hermione le cogió la mano.

—¿Puedo hacerte una pregunta, Lyra?

—Por supuesto. Somos hermanas, ¿no?

Hermione asintió, sonriendo.

—Hace unas noches, Draco me contó algo sobre su familia, sobre tu padre.

Lyra retiró la mano y la miró fijamente. Se levantó y fue a asomarse a la ventana.

—¿Qué dijo?

—Me dijo que tu padre era... que no era un hombre amable.

—Es cierto, pero no le veo el sentido a hablar de eso.

Noble de Corazón - ADAPTACIÓN DRAMIONE, LIBRO UNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora