Apenas culminó la reunión, los hombres se levantaron de sus asientos poco a poco, hablando aún entre ellos mientras se retiraban del gran salón.Sólo Gemini, Fourth y Mark se quedaron allí sentados esperando a que todos salieran de la habitación.
En cuanto quedaron solos pudo recién el pelinegro dejar salir todo lo que tenía dentro —Mark, juro que voy a acabar con tu vida— Amenazaba por cada cosa que el de rizos le había hecho pasar, pues era evidente que disfrutaba ver a Gemini pasar por vergüenzas totalmente evitables.
—¡Pero él también siguió el juego, es culpable igual que yo!— apuntó a Fourth intentando zafarse.
Pronto la mirada de Gemini se posó en el rostro del menor, viendo aquellos ojitos de cachorro regañado, junto a un tierno puchero.
Y volviendo a mirar a Mark, dijo —No metas a Fourth en ésto, él no tiene la culpa de nada— defendió sin demora al chico.
Un pequeño quejido fue soltado por Fourth, captando la atención de ambos hombres, —ni siquiera entiendo por qué estamos peleando, no tengo problema en fingir lo de ser novios— aclaró calmado, logrando tranquilizar de inmediato a Gemini, quien asintiendo relajó su tenso cuerpo, —podemos seguir con el plan y estar todos en paz— continuó alegre, dejando ver esa sonrisa que dejaba sin aliento a Gemini, y haciéndole olvidar toda molestia que sentía contra su amigo.
—Eso es, tú escúchale Gemini, que el chico tiene razón— apoyó convenientemente a Fourth, levantándose con prisa antes de causar aún más problemas al pelinegro, y desapareciendo por el largo pasillo del lugar, aún sabiendo que les vería a ambos en el cóctel.
Aquel evento privado estaba recién comenzando, ubicado en la planta baja del mismo lugar donde ya se encontraban previamente. La música suave y las voces de todos resonaban allí, junto al sonido de las copas que los invitados bebían.
Fue entonces que la estilizada silueta de Fourth hizo ingreso al salón principal de aquella elegante casona, guiado desde atrás por aquel joven de metro ochenta, que con su mano en la espalda baja del chico le mantenía cerca y protegido.
Inevitablemente las miradas sigilosas y curiosas se posaron en 'la nueva pareja'. Mordiendo sonriente su labio inferior, Fourth parecía disfrutar del tibio tacto del pelinegro, volteando levemente su rostro para mirarle. Las facciones del mayor realmente intimidaban, de eso estaba seguro, pero le era divertido saber que con tan sólo una palabra podía obtener todo lo que quisiera. La seriedad con que Gemini trataba al resto ni siquiera se acercaba a la ternura con que cuidaba a Fourth, y eso lo agradecía de sobremanera.
—No te alejes de mí— susurró el mayor en el oído del castaño, causando estragos en su interior con aquel inocente gesto.
—De acuerdo, sólo déjame ir a buscar algo para beber— solicitó calmado, siendo ésto concedido en lo que alguien más se acercaba a saludar a Gemini.
Sin prisa, Fourth se acercó al largo mesón que contenía pequeñas porciones de variados alimentos, al igual que diversos bebestibles. Frutas y panecillos fue lo primero que abrió el apetito del chico, quien en total confianza tomaba la comida.
Sin vergüenza alguna se dejó llevar levemente por la música que resonaba bajito, llevando los alimentos a su boca en lo que dejaba su cuerpo guiarse por el ritmo de las tonadas. Totalmente distraído disfrutaba de sí mismo y de las atenciones del lugar, desconociendo que comenzaba a ser acechado por uno de los invitados del cóctel.
—¡Buenas!— saludó cortésmente aquel individuo, estirando su mano para estrecharla con la de Fourth, —mi nombre es Boston, un gusto conocerte—
Con las mejillas llenas de comida, cual pequeño hámster, el castaño le devolvió el saludo y una sonrisa, sabiendo que su carisma bastaba para ganarse a quien fuera. Boston reía fascinado con Fourth, pese a que éste solo deseaba comer en paz, pero no quería causar problemas.
En silencio, el castaño escuchó como el contrario le contaba cada detalle de sí, como que él era médico y que tal como Fourth, había ingresado recientemente al selecto grupo que ahora se encontraba celebrando como constantemente hacían.
A lo lejos, la gélida mirada amenazante de Gemini se posaba sobre aquel sujeto. Sus manos empuñadas estaban listas para estamparse en el rostro del tal Boston, de no ser por que podía ver el nulo interés de Fourth hacia aquel hombre, calmándose con ésto.
Su falso novio estaba más interesado en probar cada panecillo, cosa que para Gemini pareció ser tan tierno como divertido. El límite fue únicamente superado en cuanto vio al hombre haciendo el amago de limpiar las migajas en las comisuras de los labios del menor, y aquello definitivamente no iba a permitirlo. Sus fuertes pisadas se dirigieron al mesón sin ser notado aún por Fourth.
—No necesito tu ayuda, puedo limpiarme yo solo, gracias— habló Fourth con severidad, aún masticando.
Encantado con su respuesta, Gemini sonrió, siendo al fin visto por el castaño. Con deleite Fourth se dejó tomar por la cintura, siendo protectoramente acercado al enorme cuerpo de Gemini con esta mano que le rodeaba y sostenía con fuerza.
—Cariño, — le llamó el pelinegro —déjame ayudarte— murmuró delicadamente, viendo a Fourth estirar su rostro para permitir que sus dedos retiraran cuidadosamente los restos de panecillos que quedaban alrededor de la boca del mas bajo.
Tras esto, ambos sonrieron al oír el molesto gruñido de Boston, sintiendo sus pasos alejarse de allí sin decir palabra alguna.
—Vamos, nos están esperando por allá— susurró Gemini, aún sonriente...
La noche recién comenzaba...
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Claws of a tiger
RomanceDonde Fourth finge ser el sugar baby del jefe de la Bratva sin saber que terminaría enamorado. ¡ADAPTACIÓN! Esta historia no me pertenece, créditos a su creador@. Favor de avisar si hay errores #1 geminifourth 15-abr-2024