Una extraña y deliciosa sensación comenzaba a burbujear en el estómago de Gemini, totalmente deleitado en la reacción de Fourth ante la desastrosa noticia. Era para él imposible ocultar las comisuras de sus labios elevándose levemente.—¿Qué esperas entonces? Ve a por tus pertenencias, te estaré esperando en la entrada— prometió Gemini, dejando que su tono de voz demostrara cuán entusiasmado se encontraba de sacarle de allí, sabiendo que su chico merecía lo mejor.
Un obediente asentimiento por parte de Fourth fue la respuesta, y en tan solo segundos ya había desaparecido al interior de la habitación, con prisa recolectando todas sus cosas y despidiéndose de quienes habían sido durante esos días sus compañeros de cuarto.
Al salir, se dirigió hasta la parte delantera del recinto en busca del dueño, contando el dinero que poseía y calculando cuándo le saldría su estadía allí hasta el presente día.
—Muchas gracias — oyó a lo lejos la voz del joven que buscaba, estrechando la mano del ruso efusivamente, y sosteniendo en la otra mano un visible fajo de billetes. Nada tardó en comprender lo que estaba sucediendo, frunciendo el ceño y haciendo acto de presencia ahí con sus brazos cruzados.
—¡Yo podía pagar eso! ¡Yo DEBÍA hacerlo!—
Alegó cual niño pequeño haciendo berrinche, haciendo reír a Gemini, —¿Me ibas a aceptar pagarte un nuevo lugar pero no me aceptarías pagar éste que era infinitamente más económico?— su ceja alzada y divertida expresión lograron acallar a Fourth, posando su mano en su espalda baja para guiarle de vuelta al vehículo.
La oscuridad de la noche se hacía presente, sobretodo al interior del automóvil donde sólo era posible divisar las luces de las grandes avenidas, allí, envueltos en el silencio y la oscuridad que tanto lograba calmarles, Fourth cerró levemente sus ojos, dejándose caer con suavidad en el hombro de Gemini. El joven se movió rápidamente, pero contrario a lo que Fourth creía, no era para alejarle, sino para rodearle con su brazo y permitirle recostarse en su pecho, acurrucándolo en el secreto de aquel oculto espacio donde sólo ellos dos existían. Pronto sintió la respiración del bajito relentizarse, durmiéndose al sentir la protección y cariño allí en sus brazos.
—Señor Norawit— susurró con cuidado el chofer, —ya estamos llegando al Hotel que me indicó— daba aviso aún con voz baja.
Gemini observó entonces al menor aún durmiendo en sus brazos, confiado y totalmente entregado a sus cuidados.
Probablemente era la primera noche en mucho tiempo en que realmente podía obtener algo de descanso tras alojar en aquella bulliciosa residencial universitaria.
—Ve tú a realizar el check-in en lo que Fourth despierta— ordenaba al chofer, viéndole bajar de inmediato tras aparcar el vehículo, ingresando al lujoso hotel donde pagaría la estadía del castaño. Su mano prontamente se dirigió bajo su chaqueta, tomando provisoriamente el arma que allí guardaba rigurosamente.
Estaba plenamente consciente que en momentos como aquel, era cuando más vulnerable se encontraba ante posibles ataques, y lo último que se permitiría a sí mismo sería ver a aquellos ojitos marrones sufriendo cualquier tipo de mal pasar.
En silencio detallaba la silueta del chiquillo en su regazo, justamente mientras veía regresar a su chofer tras realizar el trámite solicitado.
Sin explicar nada, Gemini simplemente tomó correctamente a Fourth en sus brazos ingresando así al hotel.
Las curiosas miradas que se posaban en el pelinegro rápidamente eran alejadas al notar de quién se trataba, observándole entrar al elevador con aquel chico castaño en brazos mientras éste se agarraba medio dormido de su cuello, en tan solo segundos estaban ya en el último piso.
Dificultosamente Gemini sacó de su bolsillo la tarjeta de la habitación, abriendo así la puerta mientras sostenía en un solo brazo a Fourth. Quietamente se dirigió adentro, y posó con el mayor cuidado posible al chico sobre la enorme cama de la suite.
Jamás se imaginó a sí mismo 'trabajando' para otros, pues siempre había tenido gente a su cargo haciendo el trabajo sucio por él. Sin embargo, Gemini encontraba gran deleite en pequeños detalles como ahora retirar el calzado del menor, con sumo cuidado de no despertarle, así como acomodarle delicadamente y taparle con las sábanas disponibles. Cerró cada una de las cortinas para evitar que el sol que saldría a la mañana siguiente molestara el sueño de Fourth, y dejó listo todo lo necesario para que tomara un baño en cuanto quisiese.
Dió un último vistazo a la adormilada silueta del chico, acercándose lentamente y dejando una sedosa caricia en su mejilla, tan suavemente como si temiese romperle...
—Descansa...— susurró tiernamente, apenas salió de la habitación, la extrema curiosidad por conocer el real objetivo del viaje de Fourth invadió su ser. Dió una mirada atrás, a la puerta ya cerrada de la suite, entrando ya al elevador para descender.
«No debería hacerlo»
Intentaba autoconvencerse, negando con la cabeza y pasando la palma de su mano por su rostro. Suspiró cansado y frustrado, odiándose por lo que haría. Y sacando su móvil del bolsillo encontró el contacto que buscaba, texteándole,
"Necesito que hagas algo por mí".
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Claws of a tiger
RomanceDonde Fourth finge ser el sugar baby del jefe de la Bratva sin saber que terminaría enamorado. ¡ADAPTACIÓN! Esta historia no me pertenece, créditos a su creador@. Favor de avisar si hay errores #1 geminifourth 15-abr-2024