Parte 23 ✧.*

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—Es él...— murmuró Gemini convencido, mirando directamente a Sky. Curioso y sin entender del todo a qué se refería, Fourth se puso de pie con prisa,

—¿Sky es el qué?— deseaba comprender las palabras dichas por el mayor.

Y tras un breve arranque de confianza que pronto acabó, Gemini comenzó a dudar levemente de la idea que le había surgido, sin embargo nada perdía con intentarlo.

—Que Sky...sería un buen candidato quizás...para recibir al tigre recién llegado—

El ceño fruncido de Fourth le hizo creer que acababa de verbalizar la idea más descabellada, sin saber que el castaño estaba simplemente sopesando sus palabras, intentando comprender el plan de Gemini.

—Pero...¿No son muy diferentes?—

Trataba de analizar cómo aquellas opuestas personalidades de los felinos podrían de alguna manera encajar correctamente, soltando entonces un pequeño jadeo de sorpresa en cuanto comprendió el trasfondo de ello. Gemini había visto en los tigres el reflejo de ellos mismos.

Con una dulce risita asintió Fourth, aceptando el plan de Gemini, curioso de ver qué podría resultar de aquello.

—Voy a pedir que lo traigan acá— aseveró Fourth refiriéndose al tigre de bengala recién llegado.

Aún rondaba un ápice de inseguridad dentro del menor, pues Sky jamás había tenido un compañero de jaula justamente por su insistencia en estar solo y no ser molestado. Sería necesario vigilarles durante al menos unas horas para tomar una decisión concreta.

Debido a la corta edad del tigre de bengala y a su actitud carente de agresividad, fue posible moverlo sin necesidad de sedarle, quedando a cargo de Fourth el intento de transferirle a esa nueva jaula. Gemini simplemente observaba desde lejos para no interrumpir ni molestar.

Con algo de temor presenciaron aquel primer encuentro entre ambos felinos, haciéndose visible la quietud en Sky, analizando al felino visitante que pareció jamás sentirse aterrado por la inquisitiva mirada del tigre blanco. El pequeño gatito simplemente se dejó llevar...

Lleno de alegría el anaranjado felino agarró uno de los juguetes de la jaula, saltando y corriendo como si hubiese pertenecido allí toda su vida. La mirada oscura de Sky no dejaba de seguirle, abandonando lentamente su posición de defensa, intrigado por el pequeño.

Incluso algo confundido y sorprendido se vió el tigre blanco cuando el otro felino, inquieto y juguetón le llevó elementos para jugar con él. Con su nariz, el joven tigre empujaba los juguetes cerca de Sky, con la esperanza de hacerle parte de sus andanzas.

Desde afuera, Fourth observaba atónito como Sky no había hecho ningún movimiento de ataque, ni siquiera alguno de incomodidad. Muy por el contrario, poco a poco las orejitas del tigre blanco comenzaban a bajarse en señal de calma, habiendo aceptado ya al pequeño.

El felino joven continuaba saltando alrededor de Sky, lanzando falsos gruñidos que de aterradores no tenían nada. Repleto de energía jugueteaba, dando vida a todo el entorno de aquel tigre blanco que parecía disfrutar de aquella inocente atención del contrario.

Siendo ya hora de comer, Fourth procedió como de costumbre, llevando a la jaula dos trozos de carne. Continuaría observándoles pues era imperativo cerciorarse de que se llevaran bien en todo momento del día. No podían permitirse hacerles pasar por más accidentes.

Les entregó sus alimentos desde afuera, con sumo cuidado, preocupándose de no poner sus comidas tan cerca, pues la agresividad era completamente normal en los felinos a la hora de alimentarse, y lo último que deseaba era causar problemas ahora que parecía ir todo bien.

El tigre de bengala corrió a su comida, rasgando y tragando atolondrado su trozo de carne, dejando salir pequeños soniditos de satisfacción al saborear sus alimentos, mientras que del otro lado, el felino blanco se alimentaba con suma calma.

Siendo conscientes de la diferencia entre las personalidades de ambos felinos, ni a Gemini ni a Fourth les había extrañado aquello, sin embargo, la situación cambió drásticamente cuando observaron a Sky tomar su restante trozo de carne en el hocico y llevárselo al pequeño.

Con los ojos abiertos de par en par sin poder creerlo, miraban al tigre blanco ahora posicionar esa carne al lado del felino más joven, empujándolo con su nariz para acercárselo. Los ojitos de aquel tigre de bengala parecieron adquirir un nuevo brillo, dando un salto para ponerse de pie enérgicamente, y sin temor alguno restregar su rostro contra Sky a modo de agradecimiento. Las risitas de ambos observando aquello no se hicieron esperar, totalmente enternecidos con ello.

Tan sólo segundos el cuerpo del tigre blanco se mantuvo paralizado al no haber esperado esa reacción del menor, y de inmediato se dejó mimar por el gatito nuevo, que tras mostrar su alegría volteó a comer el trozo de carne recibido. Saboreando alegre aquel regalo.

—Creo que sí se llevaron bastante bien— comentó divertido Gemini, satisfecho con el resultado.

—Sky ya me cambió, qué malo que es— refunfuñaba Fourth, fingiendo total molestia por haber sido reemplazado, y logrando sacar una carcajada a Gemini.

Sin despegar sus miradas de tan increíble y dulce escena que ambos felinos mostraban, la cabeza del castaño se ladeó levemente, apoyándose en silencio sobre el hombro de Gemini, quien, tomándole con cuidado de la cintura le apegó aún más a su cuerpo.

—Tengo hambre...— avisaba Fourth, —¿Quieres comer aquí conmigo?— preguntó invitándole a ingerir los alimentos que ofrecía aquel centro de rescate, —¿O no comes nada que cueste menos que una casa entera?— continuó burlón, oyendo un gruñido de falso enojo de Gemini, seguido de una risita, mientras agarraba entre sus dedos el mentón de Fourth, elevando su rostro para besarle, saboreando esos labios que tanto amaba...

Claws of a tigerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora