Capitulo 2

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Las campanas de Oxford sonaron siete veces. La noche no seguía al crepúsculo con la misma lentitud que lo habría hecho hacía unos meses, pero la transformación todavía persistía. El personal de la biblioteca había encendido las lámparas hacía apenas treinta minutos, que lanzaban pequeñas lagunas doradas en medio de la luz grisácea.

Era el 21 de septiembre. En todo el mundo, las brujas y brujos estaban compartiendo una comida en la víspera del equinoccio de otoño para celebrar Mabon y dar la bienvenida a la inminente oscuridad del invierno. Pero en Oxford iban a tener que arreglárselas sin mí. Yo tenía programado dar el discurso de apertura en un importante congreso el mes siguiente. Mis ideas todavía eran difusas y me estaba poniendo nervioso.

Mi estómago protestó sólo de pensar en lo que mis pares, podrían estar comiendo en alguna parte de Oxford. Había estado en la biblioteca desde las nueve y media de la mañana, y sólo había hecho una breve pausa para comer.

Lucas se había tomado el día libre, y la persona que lo reemplazaba en el mostrador de préstamos era nueva. Me planteó alguna dificultad cuando le pedí un artículo bastante deteriorado y trató de convencerme de que usara el microfilm. El supervisor de la sala de lectura, el señor Johnson, oyó por casualidad la conversación y salió de su oficina para intervenir.

—Mis disculpas, doctor Kim —se apresuró a decir, ajustándose unas pesadas gafas de montura oscura sobre la nariz—. Si usted tiene que consultar este manuscrito para su investigación, se lo facilitaremos encantados. —Desapareció para ir a buscar el artículo de préstamo restringido y lo entregó con nuevas disculpas por la contrariedad y por la inexperiencia del personal. Contento de que mis credenciales como erudito hubieran tenido éxito, pasé la tarde leyendo alegremente.

Quité los dos pesos enrollados de las esquinas superiores del manuscrito y lo cerré con cuidado, contento por la cantidad de trabajo realizado. Después de tropezar con el manuscrito hechizado el viernes anterior, había dedicado el fin de semana a tareas rutinarias en vez de a la alquimia para así recuperar un cierto sentido de normalidad. Llené formularios de reembolsos financieros, pagué facturas, escribí cartas de recomendación e incluso terminé la reseña de un libro. Estas tareas estuvieron entremezcladas con rituales domésticos como lavar la ropa sucia, beber copiosas cantidades de té y probar recetas de los programas de cocina de la BBC.

Tras empezar temprano esa mañana, había pasado el día tratando de concentrarme en las tareas que realizaba, en lugar de detenerme demasiado en mis recuerdos de las extrañas ilustraciones y el misterioso palimpsesto del Ashmole 782. Miré la breve lista de cosas que tenía que hacer a lo largo del día y las fui anotando. De las cuatro preguntas de mi lista de asuntos para seguir investigando, la tercera era la más fácil de resolver. La respuesta estaba en una antigua revista, Notas e Investigaciones, que estaba archivada en los estantes de una de las vitrinas que ascendían hacia los altos techos de la sala. Empujé mi sillón y decidí marcar como ya realizado uno de los temas de mi lista antes de alejarme.

Se accedía a los estantes superiores de la sección de la sala de lectura Duke Humphrey conocida como el ala Selden por medio de unas gastadas escaleras que llevaban a una galería que quedaba sobre las mesas de lectura. Subí los tortuosos peldaños hacia los estantes de madera donde se alineaban cuidadosamente los antiguos libros cubiertos por la dura tela buckram . Nadie, salvo un viejo profesor de literatura del Magdalen College y yo, parecía usarlos. Localicé el volumen y murmuré una imprecación entre dientes. Estaba en el estante más alto, justo fuera de mi alcance.

Una grave risa ahogada me sobresaltó. Giré la cabeza para ver quién se había sentado en la mesa en el extremo más lejano de la galería, pero allí no había nadie. Estaba oyendo cosas otra vez. Oxford era todavía una ciudad fantasma, y cualquiera que perteneciera a la universidad ya se había ido hacía una hora para beber una copa de jerez gratis antes de la cena en la sala común de estudiantes del último año de su propio college. Debido a la festividad de Wiccan, incluso Tiffany se había marchado al caer la tarde, después de hacerme una última invitación y echar un vistazo a mi material de lectura con los ojos entrecerrados.

El descubrimiento de Kim Taehyung - KooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora