Capítulo 33

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Una mezcla de agotamiento, medicamentos y la seguridad del hogar me retuvo en la cama unas cuantas horas. Desperté acostado boca abajo, con una rodilla doblada y el brazo extendido, buscando en vano a Jungkook.

Demasiado débil para incorporarme, giré mi cabeza hacia la puerta. Había una llave grande en la cerradura y voces que hablaban bajo al otro lado. Cuando el estado de confusión dio paso a una mayor claridad de conciencia, el murmullo se hizo más comprensible.

—Es atroz —reaccionó Jungkook—. ¿Cómo pudieron dejar que continuara de esta manera?

—Ignorábamos el alcance de sus poderes..., no teníamos ni la menor idea — explicó Yoo en un tono igualmente furioso—. Sin duda iba a ser diferente, dado los padres que tuvo. Pero nunca esperé el fuego de brujos.

—¿Cómo reconociste que estaba tratando de invocarlo, Dongwook? —dijo Jungkook suavizando su voz.

—Una bruja en Ulsan lo convocó cuando yo era niño. Ella debía de tener unos setenta años —respondió Dong—. Nunca olvidaré su aspecto ni lo que sentí estando cerca de esa clase de poder.

—El fuego de brujos es letal. No hay hechizo que pueda proteger de él ni apagarlo, y ninguna brujería puede curar sus quemaduras. Mi madre me enseñó a reconocer las señales de su cercanía para mi propia protección...: el olor a azufre, el modo en que se mueven los brazos de un brujo — explicó Yoo—. Me dijo que la diosa estaba presente cuando el fuego de brujos es convocado. Pensaba que me iba a ir a la tumba sin presenciarlo, y ciertamente nunca esperé que mi sobrino lo desencadenara contra mí en mi propia cocina. Fuego de brujos... y ¿manantial de brujos también?

—Tenía la esperanza de que el fuego de brujos fuera un gen recesivo —confesó Jungkook—. Háblame de Kang Sangwoo. —Hasta hacía poco, el tono de autoridad que adoptaba en momentos como éste me había parecido un vestigio de su vida anterior como soldado. Pero cuando me enteré de la existencia de los caballeros de Lázaro, comprendí que formaba parte de su presente también.

Sin embargo Yoo no estaba acostumbrado a que nadie usara ese tono con el, y se encolerizó.

—Sangwoo era muy discreto, no exhibía su poder.

—Entonces no resulta sorprendente que las brujas buscaran tan profundamente
para descubrirlo.

Cerré los ojos con fuerza para tapar la visión del cuerpo de mi padre abierto desde la garganta hasta la ingle para que otras brujas pudieran comprender su magia. Su destino casi había sido el mío también.

Jungkook, con su enorme tamaño, se movió en el pasillo, y la casa protestó por el inusual peso.

—Era un mago experimentado, pero no podía enfrentarse a ellas. Taehyung podría haber heredado sus habilidades... y las de Yoonah también. ¡Que Dios lo ayude! Pero no tiene los conocimientos que tenían ellos, y sin eso, está indefenso. Es como si tuviera una diana pintada encima.

Continué escuchando a escondidas desvergonzadamente.

—No es una radio, Jungkook —dijo Yoo a la defensiva—. Taehyung no nos llegó con pilas y un manual de instrucciones. Hicimos lo que pudimos. Se convirtió en un niño diferente desde que Yoonah y Sangwoo fueron asesinados; se retiró tan lejos que nadie podía llegar a él. ¿Qué teníamos que haber hecho? ¿Obligarlo a enfrentarse a lo que el estaba tan decidido a negar?

—No lo sé. —La exasperación de Jungkook era evidente—. Pero no debiste haberlo dejado de esta manera. Esa bruja lo mantuvo cautivo durante más de doce horas.

—Le enseñaremos lo que tiene que saber.

—Por su bien, será mejor que no tardes demasiado.

—¡Tardará toda la vida! —espetó Yoo—. La magia no es macramé, requiere tiempo.

El descubrimiento de Kim Taehyung - KooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora