Capítulo 38

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En mis huesos se produjo una súbita explosión, como la de dos mundos que chocaran.

Algo pinchó mi brazo derecho, acompañado por el olor a látex y plástico. Jungkook estaba discutiendo con Yeonjun. Había tierra fría debajo de mí, y el fuerte olor a mantillo reemplazó los otros olores. Tenía los ojos abiertos, pero no veía nada salvo la oscuridad. Con esfuerzo pude distinguir las ramas medio desnudas de los árboles que se entrecruzaban por encima de mí.

—Usa el brazo izquierdo..., ya está abierto —dijo Jungkook con impaciencia.

—Ese brazo es inútil, Jungkook. Los tejidos están llenos con tu saliva y no pueden absorber otra cosa. El brazo derecho es mejor. Su presión sanguínea es tan baja que me resulta difícil encontrar una vena, eso es todo. —La voz de Yeonjun tenía la anormal serenidad del médico del quirófano de urgencias, que ve la muerte con frecuencia.

Dos gruesos espaguetis se desenrollaron en mi cara. Unos dedos fríos tocaron mi nariz, y traté de apartarlos, pero me sujetaron con más firmeza.

La voz de Seokjin vino de la oscuridad a mi derecha:

—Taquicardia. Lo voy a sedar.

—No —replicó Jungkook con brusquedad—. Nada de sedantes. Está apenas consciente. Podrían producirle un coma.

—Entonces mantenlo inmóvil. —El tono de voz de Seokjin era práctico. Sus dedos diminutos y fríos me apretaban el cuello con inesperada firmeza—. No puedo impedir que siga sangrando y mantenerlo quieto al mismo tiempo.

Lo que estaba ocurriendo alrededor de mí era sólo visible en desconcertantes fragmentos..., lo que estaba directamente arriba, lo que podía ser visto a través del rabillo de mis ojos, lo que podía ser seguido por medio del enorme esfuerzo de hacerlos girar en sus cuencas.

—¿Puedes hacer algo, Yoo? —La voz de Jungkook estaba llena de angustia. Apareció la cara de Yoo.

—La brujería no puede curar mordeduras de vampiro. Si pudiera, nunca habríamos tenido nada que temer de criaturas como ustedes.

Empecé a deslizarme hacia algún sitio apacible, pero mi avance fue interrumpido por la mano de Dong, que agarró la mía para mantenerme dentro de mi cuerpo.

—Entonces no tenemos otra opción. —Jungkook parecía desesperado—. Yo lo haré.

—No, Jungkook —dijo Seokjin decididamente—. Todavía no estás lo suficientemente fuerte. Además, yo lo he hecho cientos de veces. —Se oyó el ruido de algo que se rasgaba. Después del ataque de Juliette a Jungkook, pude darme cuenta de que era carne de vampiro.

—¿Están convirtiéndome en vampiro? —le pregunté a Dong en un susurro.

—No, mon coeur. —La voz de Jungkook sonaba tan decidida como la de Seokjin—. Has perdido..., yo tomé... mucha sangre. Yeonjun la está reemplazando con sangre humana. Ahora Seokjin tiene que ocuparse de tu cuello.

—¡Oh! —Era demasiado complicado para entenderlo del todo. Mi cerebro estaba confuso..., casi tan confuso como mi lengua y mi garganta—. Tengo sed.

—Deseas sangre de vampiro, pero no vas a tenerla. Quédate muy quieto —dijo Jungkook con firmeza, sosteniéndome los hombros con tanta fuerza que era doloroso. Las manos frías de Yeonjun pasaron por mis orejas hasta la mandíbula, manteniéndome la boca cerrada también—. Seokjin...

—Deja de preocuparte, Jungkook —dijo Seokjin enérgicamente—. He estado haciendo esto a los seres de sangre caliente desde mucho antes de que tú hubieras renacido.

Algo afilado se metió en mi cuello y el olor a sangre llenó el aire.

La sensación de corte fue seguida por un dolor que congelaba y quemaba simultáneamente. El calor y el frío se intensificaron, desplazándose por debajo de los tejidos de la superficie de mi cuello para sellar huesos y músculos internos.

El descubrimiento de Kim Taehyung - KooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora