Capítulo 28

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A salvo, de vuelta en el château, comimos en la sala del ama de llaves delante de un llameante fuego.

—¿Dónde está Ysabeau? —le pregunté a Marthe cuando me trajo una taza de té recién hecho.

—Fuera —dijo, y regresó a la cocina.

—Fuera, ¿dónde?

—Marthe —llamó Jungkook—, estamos tratando de no ocultarle cosas a Taehyung.

Ella se volvió y lanzó una mirada furiosa. No pude determinar si estaba dirigida a él, a Ysabeau o a mí.

—Ha ido al pueblo a ver a ese sacerdote. Al alcalde también. —Marthe se detuvo, vaciló y empezó otra vez—: Luego iba a limpiar.

—¿Limpiar qué? —pregunté.

—El bosque. Las colinas. Las cuevas. —Marthe parecía pensar que esta explicación era suficiente, pero miré a Jungkook en busca de una aclaración.

—Marthe a veces confunde «limpiar» con «despejar». —La luz del fuego iluminó las aristas de su pesada copa. Estaba tomando un poco de un vino joven de la vecindad, pero no bebía tanto como de costumbre—. Parece que maman ha salido para asegurarse de que no haya ningún vampiro acechando en las cercanías de Sept- Tours.

—¿Está buscando a alguien en particular?

—A Domenico, por supuesto. Y a uno de los otros vampiros de la Congregación, Gerberto. Él es también de Auvernia, de Aurillac. Buscará en alguno de sus escondites sólo para asegurarse de que no esté cerca.

—Gerberto... de ¿Aurillac? El famoso Gerberto de Aurillac, el papa del siglo X que, según se dice, tenía una cabeza de bronce que pronunciaba oráculos? —El hecho de que Gerberto fuera un vampiro y hubiera sido en otro tiempo papa me interesaba mucho menos que su fama como estudioso de la ciencia y la magia.

—Siempre olvido que sabes mucha historia. Haces avergonzar hasta a los vampiros. Sí, ese Gerberto. Además —advirtió—, me gustaría mucho que no te cruzaras en su camino. Si llegas a encontrarte con él, nada de hacerle preguntas sobre medicina árabe o astronomía. Siempre ha sido codicioso cuando se trata de brujos y de magia. —Jungkook me miró posesivamente.

—¿Ysabeau lo conoce?

—Ah, sí. Fueron muy amigos durante un tiempo. Si está en algún lugar cerca de aquí, ella lo encontrará. Pero no te preocupes, no va a venir al château —me aseguró Jungkook—. Sabe que no es bienvenido. Tú permanece dentro de las murallas a menos que uno de nosotros esté contigo.

—No te preocupes, no saldré de la propiedad. —Gerberto de Aurillac no era alguien con el que me gustaría tropezar inesperadamente.

—Sospecho que Ysabeau está tratando de disculparse por su comportamiento. — La voz de Jungkook era neutra, pero todavía estaba enfadado.

—Vas a tener que perdonarla —dije otra vez—. Ella no quería hacerte daño.

—No soy un niño, Tae, y mi madre no tiene que protegerme de mi propio esposo. —Siguió haciendo girar su copa hacia un lado y hacia otro.

La palabra «esposo» resonó en la habitación durante unos instantes.

—¿Me he perdido algo? —pregunté finalmente—. ¿Cuándo nos hemos casado?

Jungkook levantó la mirada.

—En el momento en que volví a casa y dije que te amaba. Quizás no pueda demostrarlo ante un tribunal, pero en lo que a los vampiros se refiere, estamos casados.

—¿No fue cuando te dije que te amaba ni cuando me dijiste por teléfono que me amabas..., sino que eso ocurrió cuando volviste a casa y me lo dijiste personalmente? —Esto era algo que requería precisión. —Estoy planeando abrir un nuevo archivo en mi ordenador con un título que diga: «Frases que suenan de una manera para los brujos, pero significan otra cosa para los vampiros».

El descubrimiento de Kim Taehyung - KooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora