Capítulo 14

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Jungkook me estaba esperando en la portería a las siete y media, inmaculado como siempre, vestido con una mezcla de grises y negros, y su pelo oscuro echado hacia atrás. Con paciencia soportó la inspección del portero de guardia del fin de semana, que me despidió con una inclinación de cabeza y un deliberado:

—Lo veré más tarde, doctor Kim.

—Inspiras instintos protectores en la gente —murmuró Jungkook mientras pasábamos por los portones.

—¿Adónde vamos? —Por ninguna parte se veía su coche en la calle.

—Vamos a cenar en mi residencia universitaria esta noche —contestó, señalando hacia la Bodleiana. Yo había creído que me llevaría a Woodstock, o a un apartamento en alguna mansión victoriana en North Oxford. Nunca se me había ocurrido que podría vivir en la universidad.

—¿En el comedor, en la mesa principal? —Me dio la sensación de ir muy mal vestido para eso y mire mi camisa de gasa con estampado de animal print abierta mostrando una playera blanca de tirantes.

Jungkook echó la cabeza hacia atrás y se rió.

—Evito ir al comedor siempre que puedo. Y no voy a llevarte allí, a que te pongas en el punto de mira y seas observado por los universitarios.

Dimos la vuelta a la esquina y nos dirigimos hacia la Cámara Radcliffe. Cuando pasamos por la entrada del Hertford College sin detenernos, puse mi mano sobre su brazo. Había un solo college en Oxford conocido por su exclusividad y rígida observación del protocolo.

Ese mismo college era famoso por sus brillantes miembros.

—No me digas que eres miembro.

Jungkook se detuvo.

—¿Qué importa a qué college pertenezco? —Apartó la mirada—. Si uno quiere estar con otras personas, por supuesto, lo comprendo.

—No me preocupa que vayas a comerme a mí en tu cena, Jungkook. Simplemente nunca he entrado. —Un par de ornamentadas puertas protegían su college como si fuera el País de las Maravillas. Jungkook soltó un bufido de impaciencia y agarró mi mano para impedirme que mirara a través de ellas.

—Es sólo un grupo de personas en un escenario compuesto por antiguos edificios. —Su aspereza no hizo nada para desmerecer el hecho de que era uno de las seis docenas más o menos de miembros de un college sin estudiantes—. Además, vamos a mis habitaciones.

Seguimos caminando y Jungkook se fue relajando en la oscuridad a cada paso, como si estuviera en compañía de un viejo amigo. Pasamos por una puerta de madera baja que mantenía al público fuera de los confines silenciosos de su college. No había nadie en la portería, salvo el portero, ningún estudiante ni ningún graduado en los bancos del primer patio interior. Era tan silencioso como si de verdad sus miembros fueran «las almas de todos los difuntos fieles en la universidad de Oxford».

Jungkook me miró con una sonrisa asustadiza.

—Bienvenido a All Souls, el college de Todas las Almas.

El All Souls College era una obra maestra de la arquitectura gótica tardía y parecía engendrado por el amor entre un pastel de bodas y una catedral, con sus delicados chapiteles y su delicada sillería. Suspiré con placer, incapaz de decir nada..., por lo menos de momento. Pero Jungkook iba a tener mucho que explicar después.

—Buenas noches, James —saludó al portero, que miró por encima de sus gafas bifocales y movió la cabeza a modo de bienvenida. Jungkook estiró la mano.

Una llave antigua con llavero de cuero colgaba de su dedo índice.

—Sólo será un momento.

—Bien, profesor Jeon. Jungkook agarró mi mano otra vez.

El descubrimiento de Kim Taehyung - KooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora