El ultimo lobo blanco (Bakudeku)

1. Un cumpleaños diferente

Como cada año el Alfa hibrido de lobo Katsuki buscaba escaparse en vísperas de su cumpleaños, sus padres desde que cumplió los quince años se habían dado a la tarea de hacer una gran fiesta donde le buscaba un omega que cumpliera con los dignos estándares de ser el compañero del futuro líder de la manada.

Mitsuki y Masaru solían enviar las invitaciones a diferentes manadas de lobo para que asistieran los omegas casaderos, pero el lobo se negaba a elegir a algún omega, él ya tenía uno, aunque jamás lo había visto, pues solo vea en sus sueños un hermoso omega de ojos esmeraldas y se había negado a participar en la gran fiesta que se hacía en su honor en el centro de la manada.

Lamentablemente para el cenizo, en la víspera de su cumpleaños número 23, la suerte, no estaba de su lado, sus padres sabiendo que luego de los últimos cuatro cumpleaños fallidos, decidieron ponerle una cadena mientras dormía, y fue dejado atado en su habitación. Iría si o si a su cumpleaños.

-Sigues de un pésimo humor – comentó Mitsuki entrando a la habitación de su hijo, quien lucía muy furioso y además el aroma en su habitación era tan fuerte que podía doblegar a la mayoría de los Alfa, excepto a su madre.

Katsuki no respondió solo miro a su madre con cara de pocos amigos.

-Hoy vendrán a la fiesta unos viejos amigos, los Kirishima, su hijo es un omega y creo que sería el compañero ideal para ti

Bakugo solo gruñe en respuesta y su ceño se frunce pronunciadamente.

-Hijo, te prometo que esta será la última vez que te hago hacer algo así, no quiero que seas un lobo solitario – comentó su madre - por favor solo inténtalo esta vez, ¿de acuerdo?

-Lo haré, pero te diré una cosa, solo hay un omega en mi vida, y es el de mis sueños, así que no aceptaré a nadie más – por fin el cenizo se atrevió a hablar.

La noche por fin llego, el lugar estaba repleto de invitados, los omegas casaderos estaban buscando llamar la atención de Katsuki quien había huido a un momento necesitaba aire fresco, demasiados aromas de omega lo estaba molestando.

Observo desde los árboles donde él estaba una lujosa carroza donde bajaron cuatro personas, supuso que eran los Kirishima, pero algo capto su atención el más pequeño de ellos estaba totalmente cubierto como evitando que los demás lo pudieran observar, se sentía extraño.

No notó cuando su padre omega se acercó a él – Aquí estabas hijo – hablo Masauro llamando su atención

-Tu madre me pidió que te buscara dice que los Kirishima ya llegaron

Bakugo bufo, pero siguió a su padre en silencio, cuando entraron y llegaron con Mitsuki, ella feliz les presentó a los Kirishima

-Hijo, ellos son Takeshi y Haruka Kirishima y él su hijo Eijiro – los presentó Mitsuki con una sonrisa.

Bakugo se extrañó pues solo estaban presentes ellos tres, ¿Dónde está el cuarto?, Viendo que su hijo no respondía le dio un ligero codazo a su hijo

-Bienvenidos – carraspeo, realmente tal y como lo dedujo, no le interesaba el hijo, de los amigos de su madre, Eijiro era un omega un tanto fuera de lo común, cabello rojo puntiagudo y una filosa mirada carmesi, no eran aquellas esmeraldas que tanto había soñado.

Eijiro estaba embelesado, su cola se movía de un lado a otro y sus orejas se inclinaban hacia adelante con interés mientras miraba a Katsuki.

-Es un placer conocerlo Alfa – hablo algo nervioso

Bakugo apenas asintió con la cabeza en respuesta al saludo de Eijiro, por obligación de sus padres se quedó un rato con ellos.

Cuando Eijio se sentó a lado de Katsuki en la mesa junto con los padres de ambos, un leve aroma a Manzana Canela que no era de Eijiro le llamó su atención, su lobo interno reaccionó ese ligero rastro.

Sin querer olfateo el en dirección a Eijiro, sus padres pensaron que estaba disfrutando el aroma a fresas que desprendía el omega.

- ¿De quién ese aroma Manzana Canela? – Pregunto observando a Eijiro y luego a los padres de este.

Los dos mayores se tensaron al momento de la pregunta de Katsuki, quien notó la incomodidad en el ambiente.

-No es nada de que deba preocuparse – contesto el padre de Eijiro.

Katsuki no se dejó engañar fácilmente, había algo más que ellos parecían ocultar, pero fingió para no levantar sospechas, un poco tiempo después vio como el padre de Eijiro se dirigía a la salida, con sigilo lo siguió.

-¡Eres un inútil! – escucho el grito furioso el padre de Ejiro - ¿Cómo es que algo tan simple como ocultar tu asqueroso aroma de los demás?, Es increíble que algo tan simple para nosotros no puedas hacerlo, debí de deshacerme de ti cuando llegaste a arruinar nuestras vidas.

Katsuki se mantuvo un momento entre las sobras quería escuchar un poco más y ver si debería interferir

-Lo siento señor – hablo una dulce voz, pero esta temblaba de miedo – no me di cuenta de que eso había pasado

-¡No me sirve tu disculpa! ¡Has puesto en peligro todo nuestro plan! ¡Si descubren quién eres realmente, estamos acabados!

-Yo... lo siento no volverá a suceder, pero por favor no me castigues – rogo aquella voz

-No sé porque mi esposa, siempre quiere traerte a ti a todos lados, deberías estar en una celda junto con la demás escoria.

-Yo... - El omega intento hablar, pero un fuerte se escuchó el padre de Eijiro lo había golpeado y este callo al piso.

El agrio aroma cargado de temor se extendió con rapidez en el lugar al tiempo que aquel ser le suplicaba al alfa mayor que no lo lastimara, que iba a obedecer. Cuando el aroma llego a las fosas nasales Katsuki lo reconoció era manzana canela, reaccionó por puro instinto.

El pequeño omega que estaba en el suelo se había cubierto el rostro con sus brazos para protegerse del siguiente golpe que estaba por recibir, Katsuki se interpuso tomando el brazo que se dirigía al pequeño.

El aroma de Bakugo era Fuego y madera, en ese momento salía como un bosque incendiado, observó al padre de Eijiro con sus ojos inyectados de furia.

-ALEJATE DE MI OMEGA – La voz del cenizo salía bajo y amenazante