El silencio se hizo presente en ese momento, las palabras comentadas por Eri hacían eco principalmente en la cabeza de Izuku, sentía que era demasiada información que procesar.
-Entonces, ¿mis padres pudieron haber sobrevivido? – pregunto en un murmullo
-El abuelo Torino nos dijo que era posible, pero que la suerte ya estaba echada – agrego Eri – Zu, ¿recuerdas que personas de otros lugares nos visitaban para que les predijeran el futuro?
El peliverde asintió pues claramente recordaba a su madre ayudando con esa labor
-¿Recuerdas cual era lo único que no podíamos predecir?
-Yo... no recuerdo – Izuku se comenzaba a sentir más mal por no recordar casi nada de su manada
-No podíamos adivinar la suerte de nosotros, por lo que supongo que para nuestros padres fue imposible saber que pasaría con nosotros aquella trágica noche – agrego Kota
-Zu, sé que todo esto es demasiado para ti, pero estamos ahora contigo y te ayudaremos a recordar y entender algunas cosas – suspiro el alfa rubio – ya es tarde, ¿Por qué no descansamos?, Kota, esta noche dormirás en la habitación de Eri, tus guardas pueden dormir en la habitación de Kota – le hablo al cenizo – Zu y tu pueden usar mi habitación, yo dormiré aquí.
Luego de un momento de discusiones, todos se fueron a dormir tal y como habían acordado los demás, Izuku se sentía muy cansado por haber llorado mucho tiempo, se quedó dormido aferrado a su alfa.
Luego de unas horas de donde finalmente el peliverde se quedó dormido, Katsuki salió de la habitación, algo en su intuición le decía que el Alfa rubio estaba despierto.
Lo encontró sentado frente al fuego parecía perdido en sus pensamientos, pero en cuanto escucho la puerta solo lanzo una mirada para ver quien salió por ella.
-¿Pudo dormir? – pregunto refiriéndose al peliverde
-Si, pero al inicio fue un poco difícil – comento – se medió despertaba y se aferraba a mi – todo esto lo afecto mucho – respondió Katsuki – No sé qué hacer para que sus miedos se espanten, tengo apenas tres días de conocerlo, pero estoy dispuesto a darlo todo por él
-Lo entiendo – comentó Denki en voz baja para no despertar al resto – Zu ha pasado por mucho igual que nosotros, la diferencia es que por lo menos entre nosotros nos dábamos contención, cosa que Zu no tuvo durante todos estos años – suspiro frustrado – Solo míralo, parece más un niño que un joven de dieciocho años, hasta podría asegurar que Eri es más madura en muchos aspectos y lo entiendo Zu no debió de haber sufrido todo eso.
Katsuki asintió sabiendo que el alfa tenía razón, se sentó frente a él y ambos observaban el fuego danzar
-Solo te pediré una cosa Bakugo, Zu ha pasado por mucho y necesita tiempo para sanar, si él te eligió como su alfa yo lo acepto, pero debes ser fuerte y decidido para darle confianza a él.
-Desde que tengo memoria, en mis sueños siempre veía a alguien con unos hermosos ojos, verdes esmeralda, brillaban con intensidad que podías perderte en esa mirada – comentó – Izuku es mi destinado y es mi vida.
Cuando Katsuki comentó aquello recordó que el peliverde de seis años también tenía esos sueños y sonrió - ¿sabes? Zu también tenía sueños parecidos, decía que veía a un poderoso alfa de grandes ojos rojos, que parecían fuego, pero para él era lo más hermoso que había visto, siempre decía que era su alfa y que lo protegería siempre, ahora que lo recuerdo, creo que hablaba de ti – agrego
-Lo protegeré con mi vida si es necesario – aseguro
-Te confiare la seguridad de mi hermano, solo no lo lastimes porque si no conocerás la ira de un lobo blanco – respondió altanero
El cenizo solo sonrió de una manera casi imperceptible - ¿Qué más sabes de los omegas estelares?, es la primera vez que escucho sobre ellos.
Denki se quedó callado un momento acomodando sus ideas – La verdad, no se mucho, todo lo que sé es por el abuelo Torino y lo poco que recuerdo de la manada y el comportamiento de la madre de Zu, solo sé que los omegas estelares son muy raros, y su existencia es una bendición y una maldición. Pueden traer la prosperidad en su manada, pero también son blancos para otros ya que buscan aprovecharse de su poder.
-Creo que el bastardo de Takeshi Kirishima sabia lo especial que es mi omega y no dudo que él pueda estar involucrado en lo que pasó en su manada.
-Sí, y probablemente pensó que podía controlarlo y usar su suerte para su propio beneficio -respondió Denki con amargura. -Pero no sabía que la suerte de un omega estelar no se puede forzar ni manipular. Es algo que solo fluye naturalmente hacia su verdadero alfa y sus descendientes. – suspiro – te diré algo que Zu no debe saber por el momento, el abuelo Torino me lo confió y esto puede ser un golpe muy bajo para Izuku.
El alfa cenizo asintió con la cabeza esperando que continuara
-Su madre utilizo su poder para que Izuku sobreviviera, la suerte de salir ileso se la dio a su hijo, prácticamente fue un sacrificio de amor, por eso el abuelo Torino sabía que estaba vivo.
Katsuki se quedó en silencio, no estaba seguro de como tomar aquella revelación, el fuego crepitaba en un suave murmullo ayudándolo a calmar sus pensamientos.
-Su madre le dio una oportunidad y no la pienso desaprovechar – comento Katsuki con seguridad – Me asegurare de que el sacrificio no sea en vano
Denki sonrió satisfecho - Lo sé, Bakugo. Y espero que puedas cumplir esa promesa. Izuku ha pasado por demasiadas cosas, y necesita alguien fuerte a su lado.
La puerta de la habitación se volvió a abrir y por ella salió un peliverde somnoliento, se tallaba uno de los ojos como si un niño pequeño se tratase - ¿Kacchan? – hablo observando a su alfa y a Denki - ¿Pasa algo?
Katsuki se puso de pie para llegar hasta donde estaba su omega, lo tomo por los hombros y le dio un suave beso en la frente, - No paso nada, solo salí un momento para que descansaras – respondió y notó que las orejas del peliverde estaban hacia abajo - ¿Sucede algo?
-No me dejes – susurro aferrándose a su alfa – no me abandones por favor – suplico
El corazón de Katsuki se contrajo al escuchar las palabras de su omega, lo abrazo con fuerza y dejo salir su aroma, lo levanto en sus brazos, las piernas del peliverde rodearon su cintura y sus brazos su cuello, parecía un koala, recargo su cabeza cerca de la glándula de aroma de su alfa y comenzó a ronronear moviendo suavemente la cola, el cenizo camino con él y se sentó en el sitio donde estaba hace un momento.
-No te dejare nunca mi vida, estaré contigo siempre, te lo prometo amor mío
Izuku se tranquilizó al escuchar las palabras del alfa y poco a poco se fue quedando dormido, Denki por otro lado veía la interacción, realmente notaba lo preocupado que lucía el cenizo por su hermano.
-Será mejor que vayan a descansar – comentó Denki
-Entra a tu habitación, tu aroma está en todas partes y eso tal vez lo alteró un poco me quedaré aquí con él. – comentó mientras acomodaba al peliverde en su regazo.
Denki asintió y se levantó, pero antes de irse, miró a Katsuki - No lo lastimes, Bakugo. Recuerda tu promesa - le recordó antes de retirarse hacia su habitación.
Katsuki asintió mientras observaba a Denki entrar en su habitación y luego volvió su atención a Izuku, quien ahora dormía pacíficamente en sus brazos. Acarició suavemente el cabello del peliverde y suspiró.
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Ahora sabemos mas de la manada de los lobos blancos
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El ultimo lobo blanco (Bakudeku)
Short StoryKatsuki es un hibrido de lobo que por azares del destino siempre tenia un sueño, su omega aunque no lo conocia aun, solo soñaba con un par de esmeraldas como si de un bosque profundo se tratase, en su cumpleaños su omega aparece no de la mejor forma...