Llevaba solo la gabardina cubriendo mi desnudez, no entendía por qué es que este modo en el que me trataba me hacía sentir caliente
No había tomado nada, siquiera mi teléfono que estaba en mi bolsa justo en el cajón de mi escritorio, no sabía si debía decirle sobre eso, el guardaba sus cosas en los bolsillos del pantalón y se dirigió a la puerta pues había vuelto a su escritorio por la billetera
- Amo - le llamé sin atreverme a moverme
- si? - pregunto deteniendose a un lado mío
- mi bolso está en el cajón y... Mi móvil - añadí - por favor Amo, puedo llevarlos conmigo - lo ví asentir
- solo el móvil - deje mi bolso que ya estaba en mis manos, en otras circunstancias me enojaría de que no me dejen llevar algo tan escencial como mi bolso pero con Darius bien podía decir que lo tirará a la basura y estoy un noventa por ciento segura que lo haría sin chistar
Me tendió la mano y se lo entregue, no hubo necesidad de decir palabra alguna, simplemente supe que debía dárselo
Salimos de su oficina y nos dirigimos a dónde debía estar la secretaria si no es por qué el reloj ya marcaban las cinco de la tarde y era la hora a la que se iba
- Sube - ordenó Darius abriendo la puerta del copiloto, lo hice sin dudarlo cuidando que la gabardina no quedará mal acomodada
Cuando subí a su auto la primera vez jamás imaginé que terminaría en una relación poco convencional con el maestro que más respeto y miedo generaba a todos en la carrera
Menos que terminaría explorando actividades sexuales que solo encuentras en libros eróticos
- separa las piernas pequeña putita - su mano recorrió desde mi rodilla hasta el interior de mis muslos muy cerca de mi clítoris - quiero que las mantengas abiertas siempre que subas a mi auto, quiero total acceso a tu coño -
Sus dedos comenzaron a aventurarse entre mis pliegues que seguían bastante lubricados con mis fluidos, aferre la tela entre mis manos mientras pequeños jadeos se escapaban de mi boca.
No hable mientras conducia, el siguió solo torturandome con sus dedos sin dejarme llegar a ningún lado que no fuese a una intensa frustración
Estacionó el auto en la cochera cerrando el portón una vez dentro, iba a abrir la puerta del auto cuando me detuvo, separó mis piernas y tirando de un hilo saco las bolas chinas de mi interior con rudeza lo que causó un par de gemidos y un sobre salto
Aquellas bolas metálicas Lucian bastante lubricadas por mi coño, me las mostró, eran de un tamaño considerable sin ser enormes
- vas a limpiar mis bolas putita? - había utilizado un juego de palabras y el lo sabía, lo había hecho a propósito
- si Amo - las acercó a mi boca e introdujo una primero que limpie con mis labios y mi lengua sintiendo en ellas mi sabor salado, en cuanto el considero que estuvo limpia la cambio por la que aún estaba "sucia"
- bien hecho putita, ahora quiero que bajes... te quites la gabardina y te coloques frente al cofre viendome a mi -
Abrí la puerta del auto y antes de cerrarla dejé la gabardina en el asiento que había estado ocupando yo, mi coño estaba a rebosar, pude notarlo por qué en cuanto me puse de pie un poco de mis fluidos comenzó a descender por entre mis piernas
El auto no estaba caliente, coloque las manos en el cofre y me incline levantando el culo pues sospechaba que planeaba follarme, que por lo visto se había vuelto nuestra actividad favorita al estar juntos
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DULCE SUMISION - RELATOS DE UNA SUMISA
AcakEste relato sigue las historias entrelazadas de varias parejas, cada una con su propio universo de deseos y fantasías, explorando sus límites. Cada encuentro es una exploración de la dominación y la sumisión, donde las parejas descubren que, en el j...