39. D. & L. Espejos (Parte 1)

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Por fin comenzaba a tomar el ritmo de trabajar con Darius, era un hombre demandante en todos los sentidos, en el ámbito laboral exigía mucho de mi, desde redactar a la perfección hasta hablarle a sus clientes para agendarles citas

En parte eso era algo que seguramente hacía la secretaria pero el me dijo que eso me forjaria orden y organización, a decir verdad no me molestaba llevar todo eso

En el ámbito sexual cada vez me sentía más sometida a su voluntad, me gusta la sensación de poder dejar de pensar y simplemente obedecer

Eric por otro lado desde el domingo que se fue después de causar en mi cuerpo uno de los mejores orgasmos que he tenido solo igualados por los de Darius no lo había visto más, Darius había mencionado que tenía citas en juzgados

- putita - ese apodo comenzaba a gustarme, aún más cuando lo usaba en diminutivo, ya no lo sentía como un "insulto" si no ahora me metía en un papel de obediencia y sumisión al oírlo

Me levanté de mi escritorio, me disponía a caminar hacia el cuando me hizo una seña para detenerme, no sabía que planeaba pero estaba atenta a cualquier cosa que pudiese salir de su boca

- cierra la puerta, baja las persianas y quita tu ropa - sus órdenes fueron claras y concisas por lo que las seguí justo en el orden en que las dijo

Una vez que deje mi ropa a un lado de mi espere su siguiente orden, no había pedido que me acercara por lo que aguarde

- ven aquí, inclinate tocando tus tobillos y muéstrame tu dulce coño putita - lo ví tomar un par de cosas de su cajón, no pude ver con claridad que traía en la mano pues la aparto de mi vista

Camine hasta colocarme a un lado de el, me incline tomando mis tobillos y dejando el culo totalmente levantado a su merced, no sabía que planeaba pero mis manos sudaban y estaba atenta a cualquier ruido por más pequeño que fuese

Sentí un par de azotes en mis nalgas, no fueron insoportables pero seguramente mi trasero comenzó con ese enrojecimiento característico de ser azotado

Sentía el impacto en mi piel y el ardor posterior, aún así me exitaba bastante sentir como tocaba mi piel enrojecida después de un azote

- que se dice? - pregunto Darius que después de diez azotes en cada nalga comenzó con un suave masaje

- gracias Amo - respondí mordiendo mi labio un poco debido al leve ardor en mi piel

- buena chica - sus dedos recorrieron mi piel desde las nalgas hasta mis pliegues, sentí como sus dedos se introdujeron en mi coño lentamente sacando de mi un jadeo y un gemido - te gusta que te toque? -

- si... - respondí

- si que? - pregunto sacando sus dedos y azotando con fuerza mis nalgas un par de veces

- si Amo - por qué había olvidado decirlo? Procuraba no olvidarlo nunca pero me distraía y aún me era difícil hablar cuando el me estaba tocando - lo siento Amo -

Sentí algo frío tocar mi coño, trate de girarme o ponerme de pie pero Darius me detuvo sin decir nada, cuando me calme y me volví a colocar en la posición inicial fue cuando me hablo

- quieta - ordenó acomodando nuevamente el objeto frío muy cerca de mi coño, lo introdujo sin dificultad alguna debido a que al parecer después de esos azotes mi coño se había llenado de mis fluidos, primero una cosa, seguido de un objeto similar

Lo que sea que fuese aquello pesaba bastante, la abrupta sensación de frío en mi interior me hizo respingar

- Amo... - hablé, aún sin moverme, esperaba que me diera permiso de hablar pero no recibi respuesta por lo que lo volví a intentar - Amo?... -

DULCE SUMISION - RELATOS DE UNA SUMISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora