Plan

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Amaneció más pronto de lo que Ana hubiera querido, con un leve dolor de cabeza se levantó, no estaban sus hijos en la cama y tampoco Verónica

Cuando miró toda la habitación con su vista aún borrosa se dió cuenta que la puerta del baño estaba abierta y con la luz que salía de allí se veían sombras, pequeñas sombras


Se asomó y vió a sus hijos con el cabello mojado y con batas puestas, al parecer se acababan de bañar







—. Mis amores, ¿Por qué se bañaron tan temprano?






—. ¿Temprano? -cuestiona Cristian-







Verónica apareció detrás de Ana y sopló en su oreja, la pelinegra dió un brinquito volteando de inmediato para atrás







—. Araujo, son las diez de la mañana, temprano no es -ríe-






Se durmió casi al amanecer, obviamente no despertaría “temprano” pero de todas maneras se impresionó por la hora








—. No me digas eso… -suspira con irritación- me tengo que ir directo a la empresa, Maria me daría noticias a las ocho sobre las grabaciones






—. Antes de irte bañate, te prepararé el desayuno en lo que te bañas -ofrece amablemente Verónica-







Aceptó lo de bañarse, pero el desayuno lo podía posponer para más tarde, lo bueno es que todavía tenía ropa suya en esa casa. Cuando terminó de ducharse bajó a prisa para irse, los niños estaban en la sala de estar jugando, se acercó a ellos para abrazarlos y despedirse








—. Quiero que me avises como sale lo de las cámaras, ¿Oíste Araujo? -pide con una mirada fulminante-







—. -ríe por lo dramático de Verónica y asiente- por supuesto castro







Ana la abrazó y Verónica antes de separarse del abrazo le robó un beso, los niños no pasaron por alto esa acción, ambos gritaron un “UYY” y las mujeres se rieron con pena







—. ¡¿Viste Cristian?! -grita impresionado señalando a las mujeres abrazadas- ¡Mamis se besaron!






—. ¡Sí!, Mami Vero ¿Todavía te gusta mami Ana? -pregunta con una sonrisita traviesa Cristian-







Los niños no lo creían, estaban contentos e ilusionados por la muestra de afecto de sus madres, ¿Qué Verónica no odiaba a Ana?








—. Fíjate que eso yo también lo quiero saber Cris -sonriendo apoyo lo dicho por su hijo y miró alzando la ceja a Verónica-









Antes de que Verónica pudiera contestar tocaron el timbre, la castaña se rió de los tres para después huir de la pregunta, Ana la siguió hasta la salida, de todas maneras ya tenía que irse








Sorpresa, una sorpresa que ninguna esperaba, el que tocó fue nadie más ni nadie menos que Enrique, el hombre traía un ramo gigante de violetas con una pequeña carta encima, parecía arrepentido con su sonrisita nerviosa






—. Verónica -dice alegré- hola..






Él se rió con mucha tensión cuando notó la presencia de Ana, la pelinegra por su parte le dedicó una mirada aborrecedora







el divorcio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora