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Pasaron un rato unidas en un abrazo, con los besos repentinos de Ana en la frente de la chaparrita y los besos delicados que daba Verónica al cuello de la pelinegra





—. ¿Aún me odias? -susurra la pelinegra-




—. Un poquito nada más -ambas ríen bajito- sabes… fue difícil odiarte




Verónica alejó su cara del cuello de Ana para verla a los ojos






—. ¿Sí?.. ¿Por qué? -pregunta robandole un piquito a la castaña- no creo que tanto, hubo varios días que hasta te veías feliz de pelear conmigo








—. -sonríe risueña- Te lo merecías… pero fuera de las “peleas”, fue difícil tratarte como mi enemiga… cuando yo te amo, cada vez que ibas por los niños deseaba que me intentaras coquetear o cosas así para dejarte quedar









—. -ríe ante la ocurrencia de Verónica- No creas que no lo pensé, ganas no faltaron, pero decidí hacerlo por las buenas en vez de confundirte… eres mi prioridad mi amor, cuidaría tus sentimientos primero








Las dos sonrieron compartiendo la complicidad que era parte de su relación, extrañaban completamente sentirse así, tranquilas, felices entre ellas. Miraron sus labios, ambas saboreando el próximo beso que se darían, la lejanía se acortaba, pero para su mala suerte tocaron el timbre antes de poder besarse

Con pesadez y sin querer separarse como premio de consuelo se dieron otro piquito, Verónica tenía que abrirle a la insistente persona de afuera








—. ¿Quién es? -grita desde la sala- ¿Vero, todo bien?





—. Son.. son los abogados Ana -dice ciertamente nerviosa-







Cierto, ellos no tardaban en llegar, solo queda explicar la situación por la cual no llevarían a cabo el divorcio y pedirles cancelarlo lo antes posible. Una gran vergüenza era porque antes los habían apresurado para acabar el matrimonio ahora los apresurarian para mantener el matrimonio



Estaba hecho, el divorcio se disolvió, el proceso largo es más corto cuando se trata de cancelar, eso alegraba a la pareja de mujeres, retomarían sus vidas donde las dejaron






—. Estuvo muy desabrida mi propuesta ¿No crees? -pregunta abrazando por la espalda a Verónica-






—. Por favor mi amor, estuvo preciosa la manera que me pediste ser tu esposa -sonríe negando y se da la vuelta para estar de frente con Ana- aunque ya lo soy







—. -ríen- Chiquita, una cosa es ser esposas por un papelito y otra cosa es unir nuestras vidas ante dios… además primero tenía que convencerte de no firmar, ahora sí puedo llevarte a tu “Sorpresa”








Verónica frunció el entrecejo sonriendo, ¿Qué “sorpresa” le tenía Ana? Siempre ha sido romántica con ella, más en temas de compromiso, para muestra esta la primera propuesta de matrimonio
Pero esta vez ¿Qué tendrá en mente?


Ana antes de “secuestrar” a Verónica (así lo clasificó la castaña entre risas porque Ana le puso una venda en los ojos) le comento que no fue casualidad que doña socorro se ofreciera a cuidar a los niños, eso causo gracia en Verónica



Rumbo a la sorpresa, Ana se dedicó a decirle cosas bonitas a su mujer, cosas que tomaron mucho sentido cuando estuvo a punto de perderla, Verónica decidió hacer lo mismo, quedarse callada solo escuchando el amor que le tiene Ana no era justo, tenía que expresarse también



el divorcio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora