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—. Hoy tengo una cita importante -revela la pelinegra un poco intranquila-










—. Con Marisela.. -ana asiente desganada- uy, por fin la volverás a ver







Diana hizo un gesto de desagradó, ella menciono la otra vez a esa rubia pero no sabía el trasfondo del por que Ana no quería volver a trabajar con ella





—. Exacto, nos vamos a poner de acuerdo con lo del comercial





Ana intento sonreír naturalmente pero su cara demostraba la incomodidad que sentía, a lo mejor si hubiera conocido a Marisela antes que a Verónica no le hubiera negado una noche, pero estar casada y ser técnicamente acosada por la modelo no fue muy agradable






—. Pues te deseo mucha suerte Anita -sonríe a medias y le da unas palmaditas en el hombro-











La pelinegra tenía que comportarse como una profesional ya que su trabajo implica a veces pasar por momentos no gratos y lo mejor es ser neutral con las personas para no salir afectada

En la noche era la tan dichosa cita con la rubia de ojos oscuros, Ana fue puntual al restaurante donde la modelo le pidió que hablarán y casi al momento que llegó la rubia también lo hizo







—. Buenas noches -la saluda de beso- te ves muy bien Marisela




Ana movió la silla para permitirle a Marisela que se sentara a lo que la rubia sonrió ampliamente y se sentó




—. Gracias, buenas noches -sonríe- tú también te ves muy bien



Ni siquiera habían estado un minuto ahí cuando la rubia ya estaba acariciando la pierna de Ana por debajo de la mesa y la pelinegra sonreía con cierta incomodidad





—. No quiero que pienses que fuiste mi última opción -dice apenada la pelinegra-






—. Tranquila, aunque lo fuera no me molesta estar dentro de tus opciones





Marisela lo decía con coquetería y en cada oración aprovechaba para relamer sus labios





—. Tú sabes lo que necesito para estar perfecta en cámara




—. Claro, he tratado con muchas modelos -ríe levemente y Marisela alza un poco la cabeza- me refiero a que sé sobre la iluminación y maquillaje que se requiere




Marisela sonrió y asintio, para alivio de Ana llegó el mesero para pedirles su orden, no tenían pensado cenar solo pedirían algún vino tinto para seguir charlando





—. Y.. ¿Qué tal tú.. matrimonio? -pregunta mientras dirige la copa a su boca-






¿Qué le diría? ¿Qué se acabó? O ¿Fingiria que todo estaba bien?, si dice la verdad tal vez hace que Marisela insista más en coquetearle, pero si dice una mentira puede que Marisela sepa sobre su divorcio y la haría quedar muy mal.
Además que ya tiene claro que las mentiras arruinan todo








—. Se puede decir que bien… aunque ya terminamos




La rubia dejo notar la alegría que sintió al escuchar esa confesión





—. Lástima, pensé que serías fruta prohibida toda la vida -sonríe mordiendo su labio inferior- creo que el reto se volvió más fácil





el divorcio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora