el divorcio

5

—. ¿Necesitas ayuda?

La pelinegra volteo al escuchar la voz dulce de una mujer que parecía notó que le costaba desenredar el alambre de púas que se había clavado en su pierna

—. No, yo sola puedo

Ana jaló el alambre hacia arriba y sin querer clavo la punta de la púa en su dedo

— ¡AH! ¡Maldita sea! -grita de dolor mientras sacude la mano-

La castaña se asusto y de inmediato se acercó a ella para detenerla en querer seguir quitando el alambre

—. ¡No te muevas! -grita y agarra la mano de Ana-

Ana hizo caso y no movió su pierna ni un milímetro, la castaña sacó de su mochila unas pinzas de corte y con cuidado cortó el alambre en diferentes lados para poder quitarlo, Ana se limitó a observar en silencio.

Las caras que hacía la mujer castaña causaba pequeñas risas en Ana, ella sí parecía preocupada y no se diga asustada, pero sus gestos eran graciosos

—. Listo -voltea con Ana y sonríe- ¿Te puedes levantar?

La pelinegra quedó en shock, vaya hermosos ojos verdes la veían, su rostro se calentó y el aire parecía que había abandonado sus pulmones
Su boca se abrió lo necesario para dejar a la vista sus dientes de arriba

—. ¿Me escuchaste? -mueve su mano cerca de los ojos de Ana-

El conocimiento volvió, Ana asintió sonriendo e intentó levantarse de golpe pero su pierna lastimada la hizo caer de nuevo al suelo, la castaña corrió y sostuvo su brazo

—. ¡Oye, ten cuidado! -grita asustada- ¡Tienes la pierna llena de hoyos!

¿Por qué esa ojiverde estaba tan angustiada? Ni siquiera conocía a Ana, Tal vez era un tipo de buena persona
Ella se aferró al brazo de Ana y lo puso por detrás de su hombro como un apoyo para que la pelinegra pudiera levantarse, con cautela se levantó y caminaron hasta los establos

—. Gracias.. por ayudarme  -se recarga en la pared y se queja a lo bajo-

—. No hay de que… ¿Por qué te clavaste un alambre de púas?

Ese tono dulce combinado con la incredulidad y curiosidad era gracioso, ¿Por qué le causaba gracia eso? Literalmente hace nada había sufrido un doloroso accidente, pero lo tomaba de lo más normal

—. Una oveja metió la cabeza en medio de la cerca y su pelo esponjoso se atoro con el alambre -dice con cierta molestia culpando la melena del animal- supongo que un perro ovejero la asustó y por salir huyendo se atoro

Ana entre cerraba los ojos y fruncía los labios, ama a los animales pero odiaba los problemas que casi siempre le causaban

—. Pero.. ¿Cómo acabaste con eso en el pie?

—. Por mi gran idea -refufuña y suspira profundamente- he.. meti mi pierna.. por el hueco de Enmedio de los alambres y me agaché

La castaña asentía lentamente, ponía mucha atención y por microsegundos bajaba su mirada a la boca de Ana y volvía a verla a los ojos como si con eso se aseguraba que decía la verdad

—. Cuando solté a la oveja salió corriendo y me tumbó -ríe al recordar el santo trancazo que se dió- para mí mala suerte mi pantalón se clavo con las púas y esa cosa se reventó, cuando di como dos vueltas en el suelo el alambre se enredó en toda mi pierna