el divorcio

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Hola mi amor -le da un corto beso en los labios- ¿Cómo te fue?

—. Bien.. el doctor dijo que solo faltan entre una semana o dos

Verónica acariciaba su vientre con una enorme sonrisa ya casi era tiempo para tener al amor de su vida en brazos y eso le hacía muchísima ilusión

—. Estoy a nada de ser papá -se agacha para tener de frente a la voluptuosa barriguita- voy a quererte mucho mucho, bueno ya te quiero mucho -le da varios besos-

—. -ríe por la sensación- Manuel déjalo en paz, si no vas a hacer que se mueva

—. Esta bien que se mueva

—. Sí pero con caricias empieza a patear como loco y siento como si mi cadera se abriera

—. Claro que patea! mi hijo será futbolista y ya está practicando

—. -ríe y agarra la barbilla del hombre para que se levante- ¿Sabes qué te amo?

—. Tú también ¿Sabes qué te amo? -pone sus manos en las posaderas de Verónica y le da un beso suave en los labios-

Todo era muy lindo en su relación, ella anhelaba ser madre y él compartia ese anhelo.
Pero no todo era así, antes de que Verónica estuviera embarazada su relación era horrible porque ambos eran muy celosos.
Manuel no trabajaba solo Verónica y con eso se creaban muchas discusiones.

Pero en ningún momento por más personas cercanas que hablarán mal de él sobre que era una pésima opción para la castaña en ningún momento cruzo por su cabeza dejarlo, era tanto su amor por él que decidió tener un hijo antes que dejar esa relación

—. Estuve hablando con.. Kike, me dijo sobre un trabajo bastante bueno para mí -comenta dudoso Manuel-

—. Amor dile que sí, sabes que con el bebé vendrán muchos gastos y no podré trabajar durante unos días

Verónica se emocióno por la oportunidad que le apareció a su “novio”, ella era la que normalmente se ocupaba traer dinero a casa y ahora con el embarazo no podía mantenerse trabajando, así que Manuel tendría que cumplir con lo que hacía la castaña

—. No lo sé… no quiero dejarlos solos en casa, quiero cuidar a mis dos amores -abraza a Verónica por la espalda-

—. Tienes que volver a casa no es como sí te fueras a quedar allá -dice con obviedad y se gira para tenerlo de frente-

—. Hmn.. pues no -ríe con cierto nerviosismo- pero muchas cosas cambiarán -besa a Verónica-

Verónica no sabía y nunca sospecharía que él realmente intentaba decir que si se iba ya no regresaría.

Tres días después todo marchaba bien, con normalidad, Manuel acepto el “trabajo” y se despidió de su mujer y de su futuro bebé con muchos besos.
Era una tarde común, Vero estaba acomodando la ropita del niño en un mueble con dibujos de color azul hasta que una noticia llegó a la ojiverde “El padre de tú hijo realmente se fue para encontrarse con su familia” ¿Cómo qué su familia? “Manuel tiene tres hijos y está casado desde hace años”

El mundo se acabó para ella, quería morirse en ese instante.

Entro en pánico casi al punto de enloquecer por las tantas emociones combinadas que sentía, eso causó que el bebé adelantará la fecha de su nacimiento.