—. Los niños por fin se durmieron -dice suspirando con alivio la castaña-
Cristian desde que nació su hermanito nombrado “Michel” por Ana, no para de desvelarse, no saben si es por imitar al bebé o por buscar la misma atención que ambas le dan por las madrugadas al bebé cuando de la nada se pone a llorar y por ende las despierta para que lo carguen o le den de comer o le cambien el pañal
Cristian cambio radicalmente por la llegada de Michel en esa semana, y se entendía perfectamente, él no está acostumbrado a compartir a su mamá, Michel es su primer hermano y no sabe como sobrellevar eso
Tanto Verónica como Ana tenían ojeras de las noches pesadas por los llantos del bebé y los caprichos nocturnos de Cristian, estaba siendo una primera semana complicada, incluso más de lo que fueron esos cuatro meses restantes del parto de Verónica, cuando decidieron mudarse juntos como “familia” para estar al pendiente más cerca
—. A, que bueno -suspira sonriendo la pelinegra-
Verónica acababa de dejar al bebé en su cuna. Le sonrió con complicidad a Ana y se subió despacio a la cama para acompañar a su novia
—. Mi amor.. -susurra Verónica- ¿Sabes qué?
Ana estaba sentada con las piernas dobladas y recargada en el respaldo de la cama, Verónica se puso enmedio de sus piernas y acomodó su barbilla en el regazo de Ana, la pelinegra movió la cabeza en señal de que le contara
—. Tengo ganas -vuelve a susurrar-
Ana dejó de acariciar el cabello de Verónica al sentir la mano de la castaña jugar con el borde de su short pijama. Ana y Vero desde que se volvieron pareja no han tenido “intimidades” por respeto de parte de Ana al embarazo de Verónica, aunque a Verónica le importaba muy poco ese hecho, pero no tuvieron nada en ese lapso de tiempo
—. Ganas ¿De qué? -pregunta fingiendo demencia-
El tema de las relaciones siempre lo sacaba Verónica, Ana por su lado la evitaba con bromas o escusas porque no encontraba como iniciar el acto, y también por su enorme vergüenza de que Verónica la viera como dios la trajo al mundo
—. Ganas de besarte.. ganas de morderte -susurra y agarra la mano de Ana para morder la punta de su dedo anular a lo que Ana ríe- ganas de.. tocarte
Ana abrió más los ojos cuando Verónica empezó a chupar su dedo, una ola de calor en la parte baja de su abdomen la atacó y su piel se erizó por completo, sintió que podía tener un paró cardíaco ahí mismo por los fuertes latidos de su corazón
—. Humm.. ¿Tú no tienes ganas? -pregunta para volver a chupar el dedo de la pelinegra- humm
—. Yo.. Hmn.. S..sí -dice con dificultad-
Ana hacía gestos por los sentidos que tenía al ver a Verónica tan concentrada haciendo eso con su dedo y lo bien que se sentía su boca, le provocó también las mismas ganas que ella tenía, además en algún momento tendría que pasar aquello de la intimidad
La castaña dejó lo que hacía para subir a besar la boca medio abierta de su novia, ¿Cómo harían el acto si entre ellas no pasaban de los besos? ¿Quién tendría la iniciativa de “meter mano”?

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el divorcio
RomantizmA unos meses de haberse casado ante la ley, la pareja de 4 años de relación, se divorcio por culpa de una traición, cuando todo era color Rosa, cuando estaban en su máximo esplendor como una familia, todo se arruinó.