—.¡Ana por favor! ¡Bájate de ahí!
Le gritó Verónica realmente espantada por la creciente tormenta y la aparición de rayos lejanos en el cielo. Ana estaba arreglando la caja de electricidad del rancho, por culpa de la lluvia hubo un apagón en todo el lugar y a la pelinegra le importó poco que estuviera lloviendo a mares, ella lo “solucionaría”
Aparte, tenía un impulso destructivo en ese momento, necesitaba desquitar su enojó con algo, que mejor que con los cables de la luz en plena lluvia ¿No?, Podría ganar el mérito de ser ella la que devolviera la electricidad y acabar con esa profunda oscuridad
—. ¡Yo no me voy a bajar hasta que repare esta cosa! -grita irritada mientras se pone unos guantes gruesos-
—. ¡Ana! ¡Al menos espera a que deje de llover! -pide entre gritos desde afuera de los establos-
Verónica había venido de visita al rancho, está vez no fue por trabajo fue para ver a su nueva amiga la pelinegra, justo llegó cuando Ana estaba alimentando a las gallinas y sin dudarlo la sorprendió dándole un abrazo por la espalda
Ana sintió como si se completara a si misma cuando Verónica la abrazó, la castaña era esa felicidad que Ana anhelaba tener y que solo tenía cuando estaban juntas.
La tarde transcurrió normal con la plática amena de ambas, poniéndose al día con anécdotas vívidas. El día se nubló y el celular de Verónica sonó“Una oportunidad, solo una oportunidad te pido” escuchó la pelinegra sin querer de la llamada de Verónica, “Todos nos equivocamos” era una voz masculina, “Me haré responsable, lo prometo”
Verónica parecía ansiosa, no feliz, no triste, si no más bien intranquila como si ese hombre le causara presión, dudas. La ojiverde se mordía las uñas, agachaba la mirada y bajaba la voz, cuando levantaba la vista observaba fijamente a Ana y luego volvía a ver al suelo sin expresión
Causó incertidumbre en Ana, ¿Quién era? ¿Por qué movía emocionalmente tanto a Verónica?
“Ana” dijo Verónica apenas audible después de terminar la llamada a lo que Ana asintio dando a entender que la escuchó, “Regresaré a guerrero”
Confesó inconforme con un tono de decepción, la pelinegra no le contestó solo pensó en qué ocasionó esa repentina decisión de VerónicaPero antes de sacar conclusiones Verónica habló “Enrique quiere hacer las cosas bien y quiere hacerse responsable de nuestro bebé”
¿Ana que podía decir de eso? ¿Cómo podía oponerse a que Verónica se fuera y volviera con aquel sujeto que la abandonó en pleno embarazo? Solo sintió que su corazón dejo de latir con frecuencia y su cara por si sola demostró lo que le pesaba escuchar eso. Como si el destino supiera el dolor de Ana, comenzó la lluvia y dió el repentino apagón.
—. ¡Ya te dije que me bajaré hasta que vuelva la luz! -sentencio molesta la pelinegra-
Lo que pasó con Verónica había despertado ira en Ana, o así lo disfrazó la pelinegra para que Verónica no pensara que le dolía saber que se iría con Enrique.
Ana ya sentía amor hacia la castaña y no podía dejar de sentirlo solo por que si, la quería cuidar, quería acompañarla en su difícil embarazo, ayudarla con sus problemas y devolverle la fé en la vida, pero con lo sucedido parecía que no podría llegar a ser verdad ninguno de sus deseos
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el divorcio
RomanceA unos meses de haberse casado ante la ley, la pareja de 4 años de relación, se divorcio por culpa de una traición, cuando todo era color Rosa, cuando estaban en su máximo esplendor como una familia, todo se arruinó.