Capitulo 24

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Alora
Iván está furioso, camina delante de mí y va directo a su oficina, toma una botella de whisky y comienza a beber sin control.

-Iván necesitas relajarte.

-Como carajo quieres que me relaje si mi niña se estaba besando con ese cabron del Néstor Gabriel.

-Iván no actúes como un padre celoso, por el amor de Dios, deja que la niña viva un poco. Acuerdate nosotros luego, luego en accion incluso lo hicimos en la cueva, deberías agradecer que solo se estaban dando besos inocentes.

-Cállate Alora, no digas eso tan fuerte, ellos te van a escuchar no les des ideas. Ni siquiera digas nada más, no quiero ni pensar en qué otras cosas han hecho esos dos cabrones. -Dice Ivan enojado

-Iván cuantas veces tengo que decirte que Amaris ya no es una bebe, esto es parte de la vida, tienes que aceptar que ella está creciendo, ella merece pasar por las diferentes etapas de la vida. Es decir, tú pasaste por lo mismo, tuviste novias cuando eras joven al igual ella, es joven y encontró su primer amor.

-Que primer amor ni que nada, yo soy su primer amor y las cosas son diferentes yo soy un hombre, Alora.

-¿Cómo es que dejas que Archi salga de pata de perro eh? ¿Sólo por ser hombre puede tener libertad? eso es ser un machista y en esta casa no vamos a tener nada de esa porquería. ¿Me estás escuchando Iván?

-Archi es diferente, Alora tengo miedo de que ella salga lastimada, porque sé como son los hombres y sé la forma en que piensan. Ella es demasiado pura e inocente. No quiero que le rompan el corazón.

-Eso es algo que no puedes detener, así es como creces y aprendes en la vida, a través de las dificultades, con cada una aprendes una lección.

-Pero ¿por qué no me lo dijo o no tuvo la confianza para hablar con nosotros? -Pregunta Ivan

-Porque mira qué loco estás actuando ya, obviamente ella tenía miedo de decirte. Ella me dijo que te lo iba a decir pero parece que le ganaste.

-¡¡¡¿¿Qué??!!!
Alora que chingados acabas de decir tu lo supiste todo este tiempo y no me dijiste una mierda, desde cuando me estan viendo la cara de pendejo eh, dime con una chingada!!

-No me estes gritando que estoy aquí. Sabía que a ella le gustaba Nestor desde hace un tiempo, ella te iba a decir cuando fuera el momento adecuado.

-No pues que chingon andas de alcahueta con tu hija, mira nomas que bonito Alora. Que decepcion es saber que me has estado mintiendo todo este tiempo, sepa dios que más me ocultas. -Dice Ivan furioso

Alora se acerca a mí y trata de abrazarme y besarme, pero la empujo, lo que la toma por sorpresa, no se esperaba eso.

-En serio Iván, ¿me empujaste? Bien no quieres mis abrazos ni mis besos chingate cabron.

-Si no quiero tus besos ni abrazos llenos de mentiras.
No puedo creer esta mierda, ahora resulta que soy el último en enterarme de las cosas. Como aquí tienen a su pendejo que las trata como reinas se aprovechan de mí y me ocultan cosas.
¿Qué más me estás ocultando Alora? ¿Eh, respóndeme, maldita sea?

-Será mejor que bajes la voz que todo el rancho te está escuchando, no me grites Archivaldo.

-Yo puedo hacer lo que se me de la chingada gana, después de todo estoy en mi casa. Pero me ven la cara, hacen lo que les da su puta gana me tratan como un pendejo, pero eso se acabó. De ahora en adelante el único que toma decisiones en esta casa soy yo y solo yo. Soy el hombre de la casa y el que paga todo de todos modos, aquí yo mando.

-Déjame recordarte que yo también gano mi propio dinero Ivan, ni siquiera sé por qué sacas a relucir este tema, no tiene nada que ver con la niña. Además te ayudo en el negocio también soy quien se encarga de todo el lado financiero de las cosas.

-Tiene todo que ver con Amaris de ahora en adelante no tienes permitido tomar ninguna maldita decisión, ¿me escuchas?
Y no necesito tu puta ayuda. Puedo hacer todo perfectamente bien solo. Lo que debes hacer es concentrarte en los niños como la madre que eres, ya que están fuera de control besandose por todos lados. Ahora eres ama de casa y será mejor que dejes tus estúpidas boutiques que eso nomas es una pérdida de tiempo.

No podía creer que Iván me estuviera diciendo todas esas tonterías, la furia en sus ojos era inexplicable. Nunca lo había visto tan enojado y tambien nunca me había hablado de esa manera.

-Iván, un matrimonio es 50/50 y siempre he tratado de ayudarte en todo lo que puedo en el negocio, pero no dejaré mis boutiques, las he tenido durante años y me brindan estabilidad financiera individual. Y sabes perfectamente bien que siempre he estado involucrada con mis hijos, por eso ellos confían en mí y me platican todo a diferencia de ti. Amaris tiene miedo de hablar contigo sobre su vida personal porque eres tan estricto, por eso ella va y hace las cosas a tus espaldas porque no confía en ti, por el amor de Dios, abre los ojos.

-Bueno, esa pendejada del matrimonio 50/50 se fue a la mierda cuando decidiste ocultarme cosas asi que a la verga con eso. De ahora en adelante tomo todas las decisiones y esa es definitiva. Soy estricto porque me preocupo por mis hijos los quiero seguros a diferencia de ti que les das toda la libertad del mundo por eso estamos como estamos.

-Bien Archivaldo, ya que usted es el hombre de la casa y ya no me necesita perfecto. Bien te daré exactamente lo que quieres, si pensaste que te iba a estar rogando pues estas mal, yo no le ruego a nadie y menos a ti. Y sabes no me arrepiento de mantener el secreto de Amaris ella merece experimentar ese primer amor. Ahora como no me necesitas ya no me ocuparé de nada en esta casa ya que usted es el hombre de la casa, el que toma las decisiones. Arreglatelas tu mismo y no esperes mi ayuda para nada ya que segun tu todas las puedes. Eres machista eso es lo que eres Ivan Archivaldo, notarás mi ausencia eso tenlo por seguro.

-Dime machista o lo que quieras la verdad me vale madre. Soy más que capaz de hacer todo por mi cuenta, ya verás.

Alora me mira sin decir una palabra solo me observa, tiene la misma mirada que tenía cuando la conocí. Esa mirada fría que podía ver a través de mí, ese rostro sin emociones que era difícil de leer. Álora no era una mujer que lloraba y ciertamente nunca suplicaba. Ella se da vuelta y sale de la oficina sin decir una sola palabra. Ese porte elegante y su forma de comportarse no ha cambiado ni un poco desde que la conocí. Solo escucho sus tacones altos en la distancia. Tiene tal manera de dejar una impresión duradera sin siquiera hablar.

Alora II La DesendenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora