Capitulo 20

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Iván
Estoy en una reunión con mis hermanos cuando entra Nini y me dice que me llama Alora.

—Si mi amor esta todo bien o que mami ya me extrañas?

—Siempre te extraño papi, pero cuando termines, vuelve a casa y habla con tu hijo, que se metió en problemas en la escuela. Archi se peleó y la directora me llamó y lo mandó temprano a casa por su conducta.

—Ese cabron hizo que?????...como chingados si apenas son las 10 de la mañana y este cabron ya se madrio a alguien???

—Sí, no sé los detalles exactos pero tranquilicé a la directora, ella sabe que no puede expulsarlo. Las escoltas ya lo están trayendo a casa en este momento.

—Ok, mi reina, déjame terminar con esto y tendré que hablar seriamente con él.

Archi
Llegué a casa y estaba furioso, entré a la casa y mi papa ya me esta esperando en la sala.

—Archivaldo Guzmán ven aquí ahora mismo!!–Grita Ivan
Vamos a mi oficina Archivaldo tu y yo tenemos una charla seria, orale vamos.

Sigo a mi papá a la oficina y nos sentamos, se ve muy enojado.

—Que carajo pasó Archivaldo, lo primero que te digo que no hagas vas y lo haces. Cabron muchacho ¿Qué diablos te pasa? No piensas en las consecuencias de tus acciones. Sabes que la única razón por la que no te van a expulsar es porque le pago un buen dinero a esa escuela para que se haga de la vista gorda, pero imaginate, si no, qué harías??

—Intenté comportarme pero un pinche morro pendejo estaba acosando a una niña linda y la defendi. Tu siempre me has enseñado a respetar a las mujeres, siempre has dicho que son el ser más sagrado de la tierra por eso lo hice, tú hubieras hecho lo mismo. Y a mi me vale madre si me expulsan o no, la escuela no fue hecha para mi, ya a chingar su madre de una buena ves.

—Hijo tienes que aprender a controlar tu ira te metes en peleas todo el tiempo. No puedes andar peleando con el mundo entero o cualquier pendejo que te haga mala cara Archivaldo. Tienes razón, siempre te he dicho que respetes a las mujeres y las defiendas, pero hay una manera de hacerlo sin actuar como si no tuvieras sentido.

—No entiendes papá, no encajo en la escuela el poco tiempo que estuve ahí siempre hablan de ti y de toda la familia. Siempre dicen que toda mi familia son unos criminales y tomaron el camino más fácil y eso me enoja. He tratado de ser bueno en la escuela pero son puras pendejadas lo que enseñan, la escuela no es para todos y ciertamente no está hecha para mí.

—Archi, no quiero que tengas la misma vida que yo, por favor entiende que quiero que estudies, te conviertas en alguien en la vida, tengas éxito y estés lejos de todos los peligros, esa es la razón principal por la que te envié a ti y a tu hermana a Praga para que recibieran una educación. muy lejos de toda esta mierda.

—No, ya te dije papá que no me importa la escuela, así que si quieres seguir pagando mis estudios, adelante, pero lo único que estás haciendo es desperdiciar tu dinero. Voy a faltar a clases de todos modos, los profesores me caen en la punta de la verga.   Sabes solo estás diciendo lo que quieres para mí y mi hermana, pero ¿dónde tenemos la opción nosotros de hacer lo que queremos?
Amaris le apasiona su carrera y convertirse en abogada, pero a mi no me interesa nada más que el Cartel. ¿Qué pasa si te digo que quiero ser como tú? Quiero trabajar para ti papá. Quiero seguir creciendo en el imperio que comenzó mi abuelo Joaquín. No voy a dejar que se extinga. Soy tu heredero y por lo tanto soy el próximo en ocupar tu lugar y mantener este Cartel en marcha.

—No puedo permitir eso Archivaldo hice una promesa a tu mamá que te mantendré alejado de El Cartel. Esa promesa que le hice el día que naciste significa muchísimo para ella y no la romperé. Si alguna vez te pasa algo a ti o a tu hermana, nunca me lo perdonaría. Ustedes son lo más sagrado que tengo en el mundo, por favor comprende Archi.

—Lo hiciste cuando tenias mi edad ¿por qué yo no puedo? —Contesta Archi

—Debido a que las cosas eran diferentes en aquel entonces, yo no tenía la opción de asistir a la escuela hijo, pero tu si, ahora aprovechala y ten éxito.

—Ya dije que no, si no quieres que me una al Cartel entonces tendré que encontrar mis propios metodos y hacerlo yo mismo. Iré con Don Mayo y le pediré trabajo o cultivaré mi propia amapola. No me rendiré y si mi propio padre me da la espalda entonces encontraré otra manera eso te lo prometo. El dinero se hace tomando riesgos, no estudiando, soy un Guzman tengo cabeza para el negocio y no la voy a desperdiciar yendo a la puta escuela.

Miro a mi hijo que parece tan seguro de sí mismo. Es como si me estuviera mirando en el espejo. Él es mi mini versión de mí mismo.

—Archi, no hagas nada estúpido. Tendré que hablar con tu mamá sobre esto, pero no hagas nada hasta que haya hablado con ella. Ni mucho menos hagas nada por tu cuenta Archivaldo porque eres bien atrabancado y no quiero que andes de caga palos por todo Culiacan si ya te conozco.
No hay mejor lugar que estar conmigo, que soy tu padre. Tienes que tener en cuenta que si te unes al Cartel no serás tratado mejor que los demás sólo porque eres mi hijo. Comenzarás desde abajo tal como lo hice yo y aprenderás a ir subiendo de puesto poco a poco y un día no muy lejano liderarás.

—Soy consciente de ello y trabajaré duro para ser como tú apa.

—No seas como yo, sé mejor que yo.
Mira Archi no quiero que corras riesgos, sabes que eres como yo hijo. Tienes la misma mentalidad, eres valiente, intrépido, terco y no aceptas un no por respuesta, incluso físicamente te pareces a mí, pero tienes los ojos de tu madre. Ven aquí hijo, quiero que sepas que te amo mucho y quiero que siempre confíes en mí y me hables sinceramente como el hombre que eres. Admiro tu valentía que es algo que no todos tienen y me has demostrado que eres capaz de grandes cosas.

Mi hijo y yo compartimos un abrazo y un apretón de manos, luego el se va a su habitación y ahora es la parte difícil hablar con Alora.

Hablé con Álora y ella no tuvo otra opción que aceptar la decisión de Archi, incluso aunque era menor de edad, ambos sabíamos que Archi era capaz de hacer las cosas por su cuenta si no lo apoyábamos. No queríamos que hiciera algo loco y estúpido, por eso no tuve otra opción que permitirle entrar al Cartel. Álora tenía miedo, era normal sentirse así, era su hijo, su bebé, pero prometí mantenerlo a salvo mientras yo estuviera vivo.

Alora II La DesendenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora