16 - Mi Omega y tu mi alfa

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Los ojos de Jungkook brillaron en un azul más oscuro, su alfa aulló, en su interior logro sentir como su lobo movía la cola. Era increíble cómo Jimin lograba poner a su lobo como el suyo como si fuera un cachorro.

La mano del alfa se levantó y fue hasta la mejilla de Jimin. Ambas miradas de encontraron, Jimin tenía unos ojos hermosos y Jungkook no lo iba a negar, siempre había dicho desde que conoció a Jimin, que este era la belleza reencarnada.

- ¿Estás seguro de eso Jimin? - su tono de voz era bajo y dulce, no mostraba una pizca de deseo apesar de que su interior estaba ardiendo

- Lo estoy alfa

Y la gota que colmo el vaso fue que Jimin sonriera junto a la corta oración e inclinará su cabeza hacia la mano de Jungkook en su mejilla. Jungkook unió ambos labios en un segundo. Se volvió a permitir el lujo de probar aquellos labios carnosos con sabor a fresas. Jungkook podía asegurar que tocaba el cielo sin siquiera levantar un pie de la tierra, la boca de su omega era lo más cercano al paraíso que tendría en su vida.

Jungkook rodeo con su mano la cintura del Omega y lo pegó más a su cuerpo, haciendo que ambos estuvieran completamente dentro de la habitación y así cerrar la puerta. Jimin jadeaba y se sostenía de los anchos hombros del alfa. Que Jungkook lo tuviera así entre sus brazos, de una forma tan posesiva y gentil a la vez, lo volvía loco de felicidad.

Los besos simplemente eran exquisitos, tanto uno como el otro se sentían bien en ese momento. Su única preocupación era entregarse a su pareja destinada y así cerrar ese sello que los uniría de por vida. Jungkook estaba controlando sus instintos lo mejor que podía mientras que Jimin solo se perdía la sensación de los labios del Alfa.

Entre besos llegaron a la cama y jimin se sentó en el borde de esta, teniendo al alfa parado entre sus piernas. Los ojos azules de Jungkook se cruzaron con los ojos de Jimin que ahora brillaban en un color dorado, como pidiendo permiso para poder tocarlo, la mano de Jimin fue hasta la del alfa y la atrapó para luego sonreír.

- No tienes que pedir permiso alfa - llevó la mano de Jungkook hasta sus cachetes abultados y dejó su cabeza caer sobre ella cerrando los ojos y moviendo la cabeza levemente para así auto-acarisiasre

- Te haré sentir bien pequeño - la voz ronca de Jungkook se oyó en un tono bajo

- Confío en vos alfa

Y eso fue todo. Jungkook llevó sus manos hasta el pullover del rubio y lo subió, Jimin levantó sus manos para que Jungkook sacará la prenda y después está fuera lanzada al suelo. El alfa se inclinó hasta quedar a centímetro del rostro del Omega y lo beso nuevamente.

Los besos simplemente seguían subiendo su intensidad, cada vez más apasionados, más jugoso y llenos de sonidos chiclosos. Sus labios encajaban a la perfección, se sentían completos, esa extraña sensación de estar llenos por primera en mucho tiempo los estaba llenando.

Jungkook creyó ver un ángel, fácilmente pudo confundir a ese Omega bajo él con un hermoso ángel caído del cielo. La piel lechosa de Jimin completamente expuesta frente a él, pidiendo ser tocada por sus manos. Los cabellos rubios de Jimin pegados a su frente por el sudor, sus ojitos brillosos ligeramente cerrados, dejando ver solamente una pequeña parte de sus ojos ahora dorados, lo hacían lucir más bello de lo normal, parecía un ángel, un hermoso ángel.

Tener a Jimin bajo de él diciendo incoherencias por cada mínimo toque que le daba, hacia que el alfa en su interior se rompiera con orgullo. Jungkook estaba concentrado en explorar todo aquel cuerpo, quería que cada parte del pequeño cuerpo de Jimin tuviera su olor, su esencia, su marca, quería que el Omega fuera suyo. Y por esa razón, bajaba lentamente por el cuello de Jimin, dejando marcas rojizas que luego seguramente tomarían un color violeta y se verían hermosas sobre su piel. Siguió hasta el pecho del rubio, encontrando sus pezones que rogaban por atención, llevo su boca hacia uno, chupandolo y mordiendolo, mientras que su mano juga con el otro. Lograba oír los pequeños suspiros que daba Jimin y eso solo hacia que su pequeño problema en sus pantalones creciera. Su caminó llegó a su fin cuando quedó entre las piernas de Jimin y tocó su miembro.

El es mi alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora