Amistades toxicas.

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Un día eres una niña llena de sueños, ilusiones y una vida entera por delante y al siguiente estas a punto de cumplir dieciocho años. Miro atrás y me pregunto: ¿Qué hice estos 18 años? Todos han avanzado con su vida y han empezado a crear nuevos proyectos y tienen relaciones estables. Todos disfrutan de su juventud o su ultima bocanada de libertad adolescente mientras que yo estoy aquí un sábado por la noche encerrada escribiendo mis quejas sobre el mundo.

No me mal intérpretes, amo escribir y es mi gran sueño, pero siento que hace falta vivir. A esta época de mi vida la llamo la crisis de los dieciocho, no se a donde voy y el futuro me aterra, por no hablar de que no tengo ni puta idea de quién soy, que me gusta, que tipo de persona soy, ni de nada de mi vida, menos que mi sueño es escribir.

He pasado tanto tiempo siendo como los demás querían, de niña mi única preocupación era ser la niña perfecta para enorgullecer a mi familia. A medida que crecí me crucé con las amistades toxicas.

Primero fue Natalia, fue mi primera mejor amiga. La recuerdo alguna que otra vez y ella es aun recuerdo agridulce. Fue mi primera amistad toxica y puede que sea la persona, junto con mi querido padre, que más daño me ha echo. Pero en parte la comprendo, tenia demasiados demonios dentro, como yo ahora, pero pago su dolor con una niña que no tenia culpa de nada, conmigo. Ahora a veces duele verme al espejo y ver que me acabe convirtiendo en ella. Repito, no creo que sea malvada pero si que no supo gestionar su dolor y en consecuencia sembró sus demonios en otros inocentes. Empecé a ser como ella quería para no perderla y empecé a perderme a mi.

Después vino Andrea y de ella puedo decir que es realmente malvada. Se notaba que no era tu verdadera amiga, pero ingenua de mi preferí creer que existía bondad en ella. Ella se hacia tu amiga pero al darte la vuelta te clavaba un puñal que te dejaría una cicatriz que jamás se llegaría a curar. Andrea disfrutaba de hacer daño, del dolor que podía causar, lo se porque aun recuerdo el brillo en sus ojos cuando me hizo huir de todo lo que conocía, cuando me quiso destruir la vida. No me parezco a ella, y agradezco eso, somos completamente opuestas. Andrea no es buena persona, no tiene bondad y de eso estoy completamente segura. Con este ser termine de perderme, ella era quien mandaba, quien decía que pasos tenia que dar, con quien relacionarme, como ser... Me perdí completamente por ella, por esa amiga toxica que sentía tanta envidia que convirtió en su misión destruirme.

La gran pregunta es: ¿Quién soy? Parece que me va a costar mucho descubrirlo porque no lo tengo para nada claro.

Secuelas de un corazón roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora