Antes de empezar tengo que poneros en situación para que entendáis mi reflexión. Al nacer mi madre me puso dos nombres, que en su origen significan cosas completamente opuestas, mi nombre es Beatriz Alexandra, según mi madre significa portadora de alegría, pero mi profesora de latín me dijo el verdadero significado. Beatriz viene del latín y sígnica algo relacionado con la paz, mientras que Alexandra viene del griego y su significado es guerra. Ambos nombres son completamente contrarios y es importante que os quedéis con eso.
Desde pequeña tenía que ser o bien Bea, Beatriz, o bien Alexandra, como si dentro de mí existieran dos personalidades opuestas, y con los años ambas se fueron dando paso.
Cuando era pequeña, en mi infancia, la que mandaba era Beatriz. Una chica alegre, soñadora y llena de vida y locura. Sumamente cariñosa y dulce que anteponía a todos sus seres queridos antes que a ella y que vivía encerrada en la seguridad de su casa porque era el único lugar seguro que conocía.
Entrando en mi adolescencia se empezó a manifestar Alexandra. Una chica segura de sí misma, con carácter fuerte y salvaje, con ganas de vivir mil aventuras y que su única forma de comunicarse al mundo es con sarcasmo, siendo honesta, sincera y directa. Una chica que ante todo se pone a ella misma y que su gran anhelo es conocer el mundo exterior, huir de su hogar para descubrir y vivir aventuras.
Ambas tienen puntos fuertes y débiles, virtudes y defectos. Empezaremos comentando los puntos fuertes de cada una. Beatriz es muy cariñosa, leal, sumamente familiar, es un alma pura y rebosante de amor incondicional. Bea aún cree en que el amor que existe, como en los libros que devora, existe y que ella en algún momento tendrá un amor así, un amor de libro. Alexandra es decidida, ambiciosa, astuta, determinada y segura en cada paso que da. Es igual de leal que Beatriz, con la diferencia que ella si sería capaz de matar por los suyos.
Vamos con los defectos. Beatriz es ingenua y piensa que todo el mundo tiene algo de bondad en ellos, que el mundo es bueno y de color de rosa. Pone siempre a los demás por encima de ella y es incapaz de decir que no por no querer herir los sentimientos de los demás, aunque eso signifique pisotear los suyos. Alexandra es tan segura de sí misma que llega a ser egocéntrica, opina que el mundo es despiadado y no confía en nadie ni en su propia sombra. Alexandra no soporta a las personas y si llegas a hacerle daño puede llegar a ser muy cruel en todos los sentidos. Ella no cree que el amor este hecho para ella, es solitaria, antisocial y por sus objetivos hará cualquier cosa, como dijo Maquiavelo: El fin justifica los medios. Y Alexandra sigue ese consejo al pie de la letra.
Como veis, ambas son distintas, o así lo parece, pero comparten mucho. Aman a su familia y harían cualquier cosa por ellos. Ambas son inteligentes, justas, creativas y buenas amigas. Aquí no existe la buena y la mala, como yo pensaba antes. Existen dos partes de mí, Beatriz, la dulce chica, y Alexandra, la mujer empoderada.
Durante mucho tiempo tenía que elegir entre una u otra. Beatriz vivió mi niñez y Alexandra mi adolescencia. Ahora llegue a la conclusión que quizás es hora que estén ambas juntas, ni Beatriz ni Alexandra, sino Beatriz Alexandra, o sea yo, con sus defectos y sus virtudes, esa soy yo. Me costó mucho entenderlo, pero por fin lo hice. Mi madre Ana Maria me puso mi nombre, Beatriz Alexandra. No te diré como llamarme, eso lo decidirás tú.
Llámame Bea, Beatriz, o llámame Alex, Alexandra. O puedes llamarme Beatriz Alexandra, la guerra y la paz en una.
ESTÁS LEYENDO
Secuelas de un corazón roto.
PoetryAl final comprendes muchas cosas: que no todo fue amor, que esa amistad no era tan verdadera y que lleven tu sangre no significa que te cuiden. Se puede simplificar en una frase muy sencilla: amar no implica ser amado. Te pueden romper el corazón de...