La cura a la enfermedad.

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Por primera vez escribo desde mi cama, y no es tan maravilloso como suena. Estoy con ropa cómoda, un moño mal echo y con el maquillaje corrido por las lagrimas, lagrimas que derramo por culpa de mi ex.

Le odio, le odio con toda mi alma, entonces... ¿Por qué sigo llorando por nuestra ruptura? Cortamos en octubre, hace ya cinco meses y sigo llorando, se que suena patético.

Por lo menos ya no me escondo todo el día entre mis sabanas abrazando a la almohada imaginando que estoy entre sus brazos, ahora salgo de fiesta cada fin de semana y me dejo conquistar por un apuesto galán para pasar la joven noche entre sus brazos, pues es la única forma que puedo decir, jodete capullo que existen más chicos y que no eres el centro de mi mundo.

En estos momentos me doy cuenta de una cosa, lloro por quien era yo antes de él, lloro por la chica maravillosa que era antes de él, una chica llena de ilusiones y metas, con ganas de comerse el mundo, que siempre tenia una sonrisa para todos.

Pues Stela, Ángel, Borja, Sergio, Chris, Álvaro, Fran, Malena, y mi adorada Laura tenían razón. Él solo fue un parasito que me absorbió la vida, el ser que me quito las ganas de ilusionarme por vivir, por ganar batallas y perderlas, me robo las risas llenas de alegría, las sonrisas sinceras y los suspiros de placer por vivir.

Mamá tenias razón, el diablo fue el cáncer de mi vida, un cáncer del que me estoy tratando con mucha fiesta, amigos, chicos y alcohol, la mejor terapia.

Te lo juro, me habrás destrozado el corazón hasta hacerlo añicos, pero el karma te cobrara esta jugada, porque por mis cojones me levanto y tendrás que comerte tus putas mentiras.

Secuelas de un corazón roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora