Una historia con Toji Fushiguro.
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[Finalizada.]
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Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro pues Hana había tenido un magnífico cumpleaños después de 14 años.
Toji le regaló una última sonrisa luego de haberle susurrado al oído lo ansioso que estaba de poder trabajar para ella.
La cara de Hana se ponía roja y era totalmente inevitable no frotarse ella misma de sus calientes mejillas.
Sus 3 mejores amigos se dieron cuenta de la nueva actitud que ella llevaba y Shoko fué la que más se sintió llena de victoria por esa noche.
—Me duelen los pies —musitó llena de alegría tirándose en su sofá, Hana había tomado una ducha antes de llegar a casa y el reloj marcaba la 1AM. Algo temprano para que una fiesta como aquella terminara muy pronto, ¿Verdad?— Gracias por darme un cumpleaños sumamente asombroso, ¡Los amo mucho! —exclamó entre risas divertidas removiendose para poder verlos sentarse frente a ella, Shoko llevaba a un nuevo y pequeño amigo de piel calva entre sus manos. El pequeño amigo de orejas y ojos grandes estaba ronroneando feliz en los brazos de aquella chica— El señor Choso me obsequió de él, estoy emocionada de que puedan ayudarme a elegir un nombre.
—Jamás había visto un gato esfinge personalmente —dijo un Suguru bastante curioso, la piel arrugada y delicada de aquél gato se miraba muy reluciente— Es muy bonito y también elegante...
—¿Elegante? A simple vista parece un pavo listo para llevarlo al hor... ¡¡AAH!!
Hana se cubrió la boca en sorpresa cuando presenció algo que jamás en su vida se esperó. Por otra parte Shoko, sólo resopló en negación pues Satoru siempre metía la pata.
Suguru tenía una vena pulsandole la sien derecha, su puño se había estampado en la cabeza de su mejor amigo ya que Satoru era insoportable en momentos en dónde la felicidad de Hana, estaba presente.
—¡Eso dolió!
—Callate, te haz comportado como un idiota toda la noche —Hana frunció el entrecejo, Suguru se miraba muy molesto. ¿Qué le sucedía como para verlo golpear de esa forma a su mejor amigo?— Ya he tenido la suficiente paciencia toda la noche...—masculló entre dientes poniéndose de pié, listo para poder tener distancia un momento de aquellos 3— No, Hana...
La pelinegro se había puesto de pié luego de ver sus intenciones de ir a la cocina. Hana era demasiado preocupada cuando se trataba de la relación de aquellos 2 pues sabía lo estresante que era no poder hablar sobre lo que cada uno sentía por el otro.
A esas alturas lo único que le importaba era que siempre estuvieran bien.
—Sé que te estresa saber que tengo que fingir una relación con Satoru... No quiero que pienses que no te amo como lo amo él —se dió la vuelta lentamente y Satoru se puso de pié, aquél golpe en la cabeza le había dejado un gran chichón y sus ojos se habían llenado de lágrimas por el fuerte dolor— Ésto se lo dije a Satoru, no quiero que sean infelices... Los voy a defender de quién sea y eso incluye también a sus padres.
