Capítulo 9.

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—Me sentaré aquí, fumaré un poco y disfrutaré tranquilamente de mi película porno favorita.

Hana estaba que se moría de la jodida vergüenza, Toji estaba sentado en medio del gran sofá y ella estaba parada justo en medio de aquella sala. Las luces estaban algo opacas pues ya comenzaba a anochecer, él había disfrutado de una deliciosa sopa de tortilla que su dulce Hana había hecho especialmente para él. La comida mexicana definitivamente era algo que siempre amaría disfrutar de vez en cuando.

—¿Quieres ayuda con tu ropa? —Hana tenía la mano totalmente húmeda por la saliva de aquél hombre, Toji estaba disfrutando de dicho espectáculo pues era la primera vez que vería a una inocente chica tocarse para él.—

—U,Uhm, ujum...

Ella asintió por lo bajo dando unos pasos en dirección a él. Toji se removió en su asiento y sin mostrar demasiada prisa, se acercó a ella para poder ayudarla a quitarse la parte baja de aquella pijama.

Hana llevaba una linda ropa interior de encaje en color rosa pastel, él había bajado un poco de aquél pantalón para poder deleitarse un poco de la piel marcada que ella llevaba consigo. Vaya afortunado se sintió de saber que podría marcarla, morderla y comérsela todas las veces que ella lo desease.

—P,Por favor, Toji... No hagas ésto.

—¿El qué? Solo estoy acariciando tu piel, ¿Acaso te avergüenza tener celulitis? Olvídate de eso, Hana...—musitó entre dientes arrugando un poco el entrecejo, mirandola con autoridad mientras la tomaba de los hombros y la hacía arrodillarse frente a él. Hana se quedó completamente helada antes ese acto algo brusco pues jamás se imaginó que él haría algo así, ¿Tener miedo contaba cómo algo importante dentro de la vida sexual? Porque él lo complicaba siendo un jodido pervertido... ¿Pero a quien engañaba? ¡Le fascinaba aquél hombre tan pervertido, hermoso y jodidamente sensual a quien se le olvidaba por un momento, que era un caballero!— Me gusta mucho lo que veo, así que ahora vas a tocarte mientras yo fumo un poco, ¿Bien?

Ella no dijo nada, eso estaba siendo demasiada presión para ella. ¿Cómo iba a hacerlo sin siquiera haberlo hecho antes de llegar ahí?

Hana no conocía muy bien su parte íntima, ¿Tocar el clítoris era el placer principal? Él lo hacía de forma increíble, eso lo admitía pero... ¿Será igual tocarse ella misma a como él lo hace con ella?

Se recostó con cuidado sobre el suelo y se abrió de piernas soltando un suave jadeo. Toji ya había encendido su cigarro y vaya sensación fué aquella. Llevaba sin fumar algo desde antes de conocer a Hana y el estrés que había tenido la semana pasada gracias a todo el trabajo que había tenido, se había esfumado desde que besó a aquella chica por primera vez.

—No te lo quites, quiero que te masturbes sobre la tela por un momento...

Hana maldijo internamente, él era demasiado mandón y no acostumbraba a que otro hombre le diera órdenes de aquella forma. Nanami solía ser algo dificil de tratar, sobre todo cuando se sentía molesto o estresado. Pero pese a eso, ella nunca le había faltado el respeto y aveces se sentía bastante mal cuando él le daba una orden de forma muy exigente y tosca.

Soltó suavemente el humo por la nariz y observó aquello con lujo y detalle. Hana movía su dedo índice y medio de forma lenta sobre aquella delgada y bonita tela. Su cuerpo se arqueaba un poco y sus piernas se abrían más y más.

Toji soltó un gruñido en respuesta pues ella lo estaba haciendo mejor de lo que se imaginó, ¿Tenía que ayudarla un poco? Su erección lo hizo removerse en su lugar, ¿Qué clase de poder tenía aquella chica para que se pusiera tan duro de repente?

—A,Aäh...

Hana soltó su primer gemido, la vió cómo movió de aquella tela y perfectamente pudo observar el cómo ella goteaba ante lo mojada que se encontraba, podía ver detalladamente el brillo de aquellos líquidos bastante deliciosos para su paladar, deslizándose en dirección a su ano.

Caballero de compañía(Toji Fushiguro)(+20)#PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora