Capítulo 28.

126 24 1
                                    

Caminó a pasos rápidos por el pasillo de aquél hospital y lo único que sus ojos azules buscaron, fueron a su mejor amiga.

¿Dónde diablos estaba Hana y porqué había llegado a parar al hospital?

No entendía absolutamente nada pues desde que llegó al hotel, había sido avisado de que Hana se encontraba en tal lugar. Ni siquiera lo dejaron poner un pié en el suelo cuando sus padres le mencionaron que su novia estaba internada.

[Satoru no podía creerlo.]

¿Acaso aquél tipo tenía algo que ver con ésto?

Eran pensamientos que no quería tener que creer, odiaba con todas sus fuerzas que Hana se haya fijado en alguien como él, ¿Por qué tenía que buscar los sucios brazos de un prostituto?

El rostro de Satoru se tensó por la frustración de batallar con su propia mente, su mandíbula estaba marcada y después de dar varias vueltas buscando su destino, al fin pudo encontrar la habitación de Hana.

La puerta se abrió de repente y verla recostada en aquella camilla mientras platicaba con su padre, lo hizo suspirar de alivio.

Tanto Hana y Nanami voltearon hacia su dirección, él se miraba demasiado alterado, traía consigo las mejillas coloradas y su respiración estaba agitada.

—¿Qué haces aquí, cariño?

—¿Estás bien? ¿Que fué lo que sucedió? —Satoru ni siquiera saludó a Nanami, había ido directo a Hana para poder tomarla de las mejillas y ésto demostró al señor Kento, que Satoru había estado muy preocupado por ella— No debí dejar que ese tipo te...

—Primero que nada, saluda a mi padre —le dijo tomando sus manos para poder tranquilizarlo, Satoru se sonrojó de inmediato, Hana se miraba muy bien así que supuso que solo había sido algo inofensivo.—

—Es un gusto verte, Satoru...—saludó Nanami poniéndose de pié, listo para poder ir en busca de algo a la panadería y así aprovechaba también a hacer una llamada importante— Voy a retirarme un momento, necesito hacer una llamada.

—Te amo, papi.

—Y yo a tí, bebé.

Hana sonrió con las mejillas teñidas en carmesí, Nanami le había dado una última mirada antes de caminar en dirección a la salida.

Por otra parte...

Satoru no borraba aquél semblante lleno de preocupación, había estado hablando con los chicos esos días y no habían podido recibir alguna señal de Hana.

Suguru había sido el más afectado pues Hana le había prometido jugar en sus tiempos libres, no era normal para él pelinegro tomar a Hana como una irresponsable ilusionista. Ella no era de ese tipo, se conocían desde hace 7 años y Hana jamás había sido una chica majadera pese a estar en un puesto bastante grande en la sociedad.

—¿Vas a decirme qué pasa? —él había tomado asiento dónde hace un instante Nanami se encontraba platicando con Hana. Ella había estado bastante shockeada por lo que había pasado, incluso Itadori Choso se había tomado el costo de decirle toda la verdad... A Hana eso le causó tristeza, le dolió saber que no quiso hacerse cargo de ella pero por otra parte, agradeció rotundamente que Nanami haya tomado su lugar— ¿Recuerdas cuando dijimos que no nos ocultaríamos nada sin importar la circunstancia?

—Solo tuve mis días rojos... Nada más.

¿Días rojos? Satoru observó detalladamente el cómo Hana se sonrojó al extremo, la pelinegro sintió vergüenza comentar de eso pero tanto Shoko y los chicos, sabían que Hana solía caer enferma sus primeros 2 días de menstruación.

Caballero de compañía(Toji Fushiguro)(+20)#PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora