Capítulo 11.

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Caminó con 2 de sus mejores hombres a sus espaldas y se dirigieron hacia dónde aquél tipo se encontraba esperándolo.

Aquella mansión tenía chicas en muy poca ropa, drogándose, bailando e incluso teniendo sexo entre ellas. El olor a Marihuana estaba en el ambiente y Nanami se comenzó a sentir totalmente asqueado.

Naoya era el infeliz más grande de todos y Nanami por más que había evitado querer meterse con él, había fracasado completamente.

¿Cómo mierdas Naoya Zenin había hecho que Industrias Ishikawa llegara a su mandato?

—¿Qué quieres ahora?

—¡Nanami! ¡Qué gusto verte! —lo saludó luego de sujetar del cabello a la chica que se encontraba entre sus piernas, apartandola por completo en un empujón bastante brusco. Aquella mujer llevaba un buen rato chupándole el pene por obligación ya que lamentablemente había sido una de sus tantas víctimas a las que les endulzaba el oído y luego las hacía trabajar cómo prostitutas— Que bien te miras el día de hoy...

—Dejate de tus tonterías y ya dime qué quieres, ¿Por qué me hiciste venir hasta éste repugnante lugar..?—Nanami se sintió realmente nauseabundo con tan sólo mirarlo. Naoya se había acomodado los pantalones mientras reía con suma gracia pues adoraba verlo tan molesto.—

Uno de sus hombres se acercó a él y en una bandeja de oro, le ofreció un puro para que pudiera fumar pues era la hora de relajarse un poco. Naoya fumaba 3 veces al día y eran los 3 tiempos más importantes, o sea... Desayuno, almuerzo y cena.

—Eres demasiado amargado, ¿Tu esposa no te la chupa bien? —ladeó la cabeza soltando suavemente del humo que habían retenido sus pulmones y lo observó con seriedad. Nanami mantuvo la calma, odiaba tener que verle la cara, su voz era irritante y su presencia era peor que pisar mierda de perro— Dile que le recomiendo que te chupe las bolas y el asterisco también...

—No voy a volver a repetirlo...

—¡Intento hacer que tu matrimonio sea feliz! Que fastidio ver tu cara, ¡Por Dios! —espetó irritado dándose la vuelta para poder volver nuevamente a su lugar.—

Naoya se acomodó sobre su asiento como al gran emperador que se creía y volvió a sonreír de aquella forma tan maliciosa. Nanami sólo quería que fuera al grano, que dijera lo que tenía que decir y luego salir rapidamente de ahí.

—Tengo el permiso del gobierno de enviar algo bastante grande en dirección a Estados Unidos... Así que necesito tus grandes máquinas para poder mover esa carga en ellas —Nanami gruñó frustrado por lo bajo, ese maldito infeliz usaba las maquinas de Industrias Ishikawa para poder mover droga en dirección a los países mas poderosos del mundo, Estados Unidos y Rusia eran los mejores clientes que aquél hombre tenía— Se enviará a la empresa el día de mañana, no se la hora así que puede ser en cualquier momento...

—Olvídalo, hazlo el lunes porque mañana la empresa estará cerrada.

Naoya alzó una ceja mientras lo miraba como a una diva totalmente ofendida. ¿Industrias Ishikawa cerrada un domingo? ¡Imposible!

—Mi hija cumple años así que no, hazlo el lunes o cualquier día de la otra semana si quieres, pero...

—¡SHH! ¡SHH! ¡Basta! —exclamó poniéndose de pié, un semblante que mostró suma molestia había hecho que Nanami se quedara callado de inmediato. Los hombres de Naoya estaban armados y los hombres de Nanami tenían prohibido entrar con armas a aquél lugar, ¿Ahora como carajos defendían a su jefe?— Me vale tres hectáreas de verga... Si mi droga no llega a Estados Unidos el miércoles, haré que tu esposa me chupe el culo...

Caballero de compañía(Toji Fushiguro)(+20)#PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora