Lanza una moneda | Geralt de Rivia X OC | The Witcher FF

Capítulo 13 - Escuela Griffin

"Buenos días, Evelyn."

Apreté la mandíbula. 

—Jacob. —Dije su nombre. Sentí su mirada arrojando dagas a mi espalda. Geralt y Jaskier también se pusieron tensos en cuanto llegó. 

—¿Qué deseas?— Pregunté molesto cuando finalmente me di la vuelta. Su expresión, no pude leerla, estaba en blanco. Sus ojos estaban apagados. 

—¿Cómo estás?— Forzó una sonrisa en sus labios mientras se sentaba junto a Geralt, para sentarse frente a mí. Geralt se movió disgustado por el hombre que tenía al lado. 

—Bien.— Tomé un sorbo.

—Bien bien.— dijo melancólicamente. 

—Otra vez. ¿Qué quieres?— Mi agarre se apretó alrededor de mi taza. 

—Oh, ¿yo? No quiero nada. Está fuera de mi alcance.— Sacudí la cabeza con molestia. 

—¿Entonces, porque estas aqui?— él no dijo nada. Hombre, está destrozado después de lo que hice. Quizás fui demasiado duro con él. Realmente era un buen tipo y tomé demasiado alcohol esa noche. Aún así, fue demasiado lejos y no me arrepiento de nada.

—Ey.— Le dije en voz alta para que me mirara. 

—Fui demasiado duro contigo, lo siento, está bien. No te desanimes sólo porque una chica tonta te dejó.— Intenté mejorar su estado de ánimo. 

—Puedo imaginarnos siendo amigos, sí, pero no estoy preparado para una relación así. ¡Necesito espacio!— Expliqué. Sus ojos se cierran. 

—Puedo darte espacio. Tanto como quieras.— Él dijo. Patético intentar cambiarte por alguien. 

—Estás ciego por amor. Supéralo. Para decirlo más fácilmente, no eres mi tipo—. Dije y su expresión se volvió más sombría. 

—E-entiendo. Lamento no hacerte feliz.— Dios mío, que alguien le dé pelotas a este hombre.

No pude soportar más esto así que me levanté de la mesa. No ha dicho nada en cinco minutos, simplemente se quedó sentado deprimido. Lo siento por él, pero tengo que seguir adelante y él también. Rápidamente recuperé mi buena compañía, tampoco quieren estar con él. Afuera, gemí ruidosamente, me golpeé la cabeza contra la pared de al lado y me apoyé en ella. 

—¿Lo has visto? —Pregunté y señalé hacia la puerta. Jaskier se cruzó de brazos. 

—Hombres.— solo dijo y sacudió la cabeza.

—Mmm.— Geralt gruñó.

Tengo una idea.

 —Dijiste que mis golpes fueron descuidados. ¿Puedes entrenarme entonces?— Le pregunté a Geralt con ojos de cachorro para que olvidemos lo que acaba de pasar allí. El asintió. 

—Ya tienes el estilo de lucha de un brujo. ¿Quién te enseñó eso?— Preguntó y me miró con curiosidad mientras nos alejábamos de la taberna.  

—Mi padre.— Yo dije.

—¿Cómo lo sabe?— hizo otra pregunta. Me encogí de hombros. 

—No lo sé, dijo que podría haberse convertido en brujo pero se negó.— Dije pero Geralt se detuvo. 

"No puedes elegir convertirte en brujo.— Dijo y mis ojos se abrieron como platos. 

—Te refieres a-? —Su medallón me llamó la atención. 

—Tu colgante— dije y lo señalé. 

—Tengo uno muy similar al tuyo.— Dije y alcancé el collar que llevaba puesto - lo llevaba puesto desde mi 'cita' con Jacob porque, en mi opinión, era muy bonito - su colgante se escondía detrás de mi blusa. Lo saqué y me lo quité para mostrárselo al Brujo.

Lo examinó porque ya estaba molido.

—Es el colgante de la escuela de los grifos.— identificó el collar. 

—Parece que tu padre es un brujo de la escuela Griffin.— Dijo y me devolvió el collar. Entonces mi padre me ocultó que es un brujo. 

—Disculpe, tengo que irme.— Dije y me dirigí rápidamente hacia mi casa. Jaskier quiso seguirlo pero Geralt lo detuvo.

En casa, mi padre se sentaba a la mesa bebiendo una taza de té mientras leía un pedido de una espada u otras herramientas. 

—Padre.— Dije con firmeza. 

—¿Qué pasa?— preguntó sin levantar la vista. Me senté frente a él. 

—¿Por qué nunca me dijiste que eres un brujo?— Pregunté y mi padre se quedó helado en el acto. Luego suspiró. 

—Te lo dije, me negué a hacerlo.— Negué con la cabeza.         

—Entonces explica esto—. Saqué el collar. 

—Es sólo un collar.— Dijo después de mirarlo.

Me reí secamente. 

—¡Oh no no no! Geralt, un brujo, me habló de esto. Es el medallón de la escuela de grifos.— Crucé los brazos frente a mi pecho. Mi padre se levantó y se paró frente a mí. 

—¿Entonces?— preguntó con un aura oscura a su alrededor. Tragué en silencio. 

—¿Piensas algo diferente de mí ahora?—  preguntó monótonamente; como respuesta negué con la cabeza. 

—No, todavía eres mi padre.— Dejé caer la cabeza. —Aun así, podrías habérmelo dicho. Sabes que  jamás te juzgaría.— Levanté la vista, él un poco hacia mí.

Más tarde, ese mismo día, mi padre preguntó cómo había encontrado Geralt ese medallón cuando yo siempre lo escondía. Le conté la historia de cómo él mismo desveló la tapadera de mi padre al entrenarme a luchar; Estilo brujo. Además, le dije a mi padre que Geralt profundizaría mi entrenamiento si quería pero que por lo tanto tendría que ir con él y Jaskier.

Mi padre suspiró. 

—Está bien. Supongo que ya no eres mi pequeña. Tienes 20 años, ya no puedo decirte qué hacer, así que ve y explora el mundo. He visto que no buscas nada de lo habitual como el resto del pueblo: casarse, establecerse, formar una familia. Buscas aventuras, lo puedo sentir y lo hice tan bien como tenía tu edad.— 

Él sonrió al final y yo también.