Capítulo 3

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Boun estaba secándose con una toalla y se dirigía de regreso a su cuarto cuando New se reunió con él en el pasillo.

Le entregó un pedazo de papel.

—Prem quería que te diera esto.

Él frunció el ceño ante el papel plegado con el membrete del Santuario y que aún mantenía la esencia del Amazona en él.

—¿Una nota en papel? Qué pintoresco. No había visto una de estas desde hace mucho tiempo.

New rió.

—Sí. Me recuerda la época cuando dejaban sus números en las servilletas para ti y yo tenía que traerte una pila de ellas cada noche. Ahora todo es enviar mensajes de texto y llamar por teléfono. Sólo espera hasta que pongan a la venta la tecnología magnética.

Era cierto. Y esa tecnología estaba justo a la vuelta de la esquina.

Él encontró su mirada y sostuvo la nota en alto con una ceja arqueada.

—¿La has leído?

New frunció el rostro.

—Oh, Dios, no. La última cosa que querría hacer es leer algo para lo cual necesitaría blanquearme los ojos. Aprendí mi lección hace cien años cuando esa baronesa dejó una nota para ti. Todavía estoy traumatizado... y con náuseas por eso —se dirigió a su cuarto.

Boun se echó la toalla sobre el hombro desnudo antes de abrir la nota y leer la clara caligrafía.

Hey Oso:

Sé que no debería hacer esto, pero si quieres vivir tan peligrosamente como yo, ven a mi casa antes de irte a la cama.

6537 St. Charles.

Es la casa blanca de tres plantas con una puerta negra.

No te preocupes. Sin ataduras. Sin babas de demonio. Sólo mucho, caliente y desnudo sexo.

Prem.

PD: Destruye esto inmediatamente. Mejor aún, cómetelo.

Se rió ante las órdenes de Prem. Estaba realmente bien que New no la hubiera leído...

Y otra vez, el cuerpo se le endureció como una roca. ¿Qué era lo que le llevaba al modo de escapada de sólo sexo con la sola mención del nombre de Prem o la esencia de su piel? Sí, de acuerdo, lo de sólo sexo probablemente tenía más que ver con la sangre caliente que con otra cosa. Pero eso no venía al caso.

No necesitas esto. Tu vida ya está lo suficientemente arruinada. Sin mencionar que quieres seguir adelante sin enredos.

Sí, pero Prem conocía las consecuencias tan bien como él. Como había dicho, era sin ataduras. Sólo sexo. Dos adultos dándose placer el uno al otro.

Mientras ninguno indagase, todo estaría bien.

Arrugó la nota, luego se congeló. ¿Y si se emparejaba con él? Ese pensamiento hizo que la sangre se le enfriara.

Cada vez que un WereHunter tenía sexo, venía acompañado de una apuesta realmente mala y no era el temor de embarazo o enfermedad. No podían dejar embarazado a nadie a menos que estuvieran emparejados, además los WereHunters eran inmunes a la mayoría de las enfermedades humanas y a todas las enfermedades de transmisión sexual.

El horror era que ellos no elegían con quién emparejarse de por vida. Eso lo hacían las Destinos Griegas y esas perras tenían un desagradable sentido del humor. Como referencia, su hermano oso estaba emparejado con su esposo lobo. Su hermano era humano con la habilidad de cambiar a oso. Su cuñado era un lobo que podía volverse humano. Dos animales completamente distintos. Cuando iban a dormir de noche, New permanecía humano y Tay era un perro.

˗ˏˋ 20 BounPremˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora