Prem observó como Boun se paseaba alrededor de la habitación asegurándose que nada lo dañaría, si bien Saint les garantizó que sería seguro, ninguno de ellos confiaba en él.
El cuidado que Boun se tomó mientras lo repasaba todo era adorable y le recordó en gran parte la imagen que había visto de él protegiendo a su hermano cuando eran jóvenes. Era tan protector y dulce...
Lo peor de todo era el remordimiento que tenía erizándole el pelo de la nuca y mordisqueando la piel hasta que le hizo soltar un pequeño gruñido en la parte posterior de la garganta, enviando escalofríos por todo el cuerpo. Quiso caminar a sus brazos y simplemente abrazarle hasta que todo lo demás se desvaneciera.
Ámalos. Déjalos. Ese era el Código por el que había vivido. Tanto como Amazona como DarkHunter. En su mundo antiguo, los hombres a menudo eran vistos como un impedimento para la estructura social de las Amazonas. Las Amazonas iban, tenían relaciones sexuales, y luego, nunca les decían a los hombres que habían engendrado hijos, a menos que tuvieran que hacerlo. Criaban a las hijas de forma independiente y las integraban en la nación amazónica. Los hijos eran entregados a su padre o a su familia. Salvó por Prem, quién había sido el primero en nacer como un hombre fértil entre ellas.
Era raro que una Amazona se casara. Su hermana había tratado de usar eso, más su género, para minar su autoridad, pero el código de las Amazonas era en realidad más versátil que eso. La base de su nación era para que las mujeres tuvieran el poder de tomar sus propias decisiones, sobre sus vidas y su felicidad.
En el mundo antiguo las mujeres tenían menos autonomía que los esclavos varones, así que correspondía a la mujer determinar si quería o no un ambiente hogareño, y el resto de ellas habían jurado aceptar la decisión que tomaran sus hermanas. Sí, la mayoría optaba por vivir sin un hombre. Pero no todas. Prem no fue el primero en casarse y no sería el último.
Por lo demás, no todas las Amazonas renunciaron a sus hijos varones. Su mundo había sido de respeto y apoyo. Por esa razón amó tanto a su nación.
Como DarkHunter, había tenido las mismas libertades. Al igual que su pueblo, se apoyaban mutuamente. Muy rara vez había un hombre machista DarkHunter, Mew se lo sacaba a patadas durante el entrenamiento. Lo más importante acerca de ser un DarkHunter era su promesa de proteger a los humanos.
Sé una parte del mundo, pero no en él.
Que nadie sepa quién o qué eres.
Encárgate de las necesidades carnales cuando tengas que hacerlo para poder mantener la concentración, pero nunca tomes un amante o una pareja. Te distraen y te debilitan. Por encima de todo, se convierten en un blanco para ser utilizado en tu contra.
Las reglas de Mew. Todos las conocían y mientras miraba a Boun, deseaba haber escuchado.
Porque ahora no quería irse. Quería acurrucarse. Por encima de todo, quería envolver el cuerpo alrededor de él y hacer el amor hasta que ninguno de ellos pudiera caminar derecho.
Pero tenía que sacarlo del peligro antes de que fuera demasiado tarde.
—¿Por qué no regresas al Santuario?
Boun lo miró con un feroz ceño fruncido.
—¿Por qué?
Porque no quiero verte sufrir. Me destruiría.
—Estaba pensando que podrían necesitarte allí. Los Daimons podrían regresar para tomar represalias contra tu familia.
Sonriendo, él se burló de su grave tono.
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˗ˏˋ 20 BounPremˎˊ˗
FanfictionOso dominado ╭────➣⁀➷ ׂׂૢ │❝ Resúmen adentro ❞ ╰───────────────➢ೃ