˗ˏˋ 20 BounPremˎˊ˗

Capítulo 20

Boun abrió la puerta para encontrarse a Saint en el pasillo, vestido para la batalla.

—¿Qué está pasando?

—Mi sentido arácnido se ha salido de los radares. Hay una enorme migración de demonios y se están dirigiendo directamente hacia nosotros. Ya que no quiero que mi casa sea destruida, voto por que los llevemos a donde llamen menos la atención y donde tengamos algo de ventaja.

—¿Y eso sería? —preguntó Boun.

—El Cementerio de St. Louis. A esta hora de la noche, está cerrado y vacío.

Prem sacudió la cabeza.

—No puedo ir allí. Me poseerían.

Saint puso los ojos en blanco.

—Mejor tú que mi casa.

—¿No se supone que la tenías protegida? —le devolvió.

—La tengo, pero esto...

Un elevado sonido de aparición escaleras abajo cortó sus palabras.

Saint maldijo cuando retrocedió e inclinó la cabeza.

—Me parece que hemos esperado demasiado. Ceñiros las entrañas gente comienza la lucha. —Se desvaneció.

Boun suspiró con irritación.

—Eso no es lo que quiero hacer ahora mismo con mis entrañas.

Prem se rió.

—No te preocupes, bebé. Yo me ocuparé después de tus entrañas. Ahora mismo, lucharemos.

Para el momento en que llegaron abajo, Pak, YiHan y Saint permanecían unos contra la espalda de los otros. Prem podía oír a los demonios arañando, intentando romper el escudo que rodeaba la casa de Saint.

Prem volvió la mirada entre YiHan y Pak.

—¿Qué estáis haciendo vosotros dos aquí?

Pak le guiñó el ojo.

—También me alegro de verte. Gracias por la magnífica bienvenida.

YiHan le ignoró.

—Vinimos tan pronto se puso el sol para protegeros a ti y a Saint.

—Gracias. —Prem se volvió hacia Saint—. ¿Dónde está Mew?

Saint curvó el labio.

—No es bienvenido aquí y me niego a tenerle en mi casa.

Boun le miró como si hubiese enloquecido.

—¿Es eso una buena idea dado a lo que nos enfrentamos?

—Mi voto es un doble: ¡Infiernos, no! —dijo Pak, desenvainando la espada—. Pero creo que podemos encargarnos de ellos.

Prem miró al Capitán Suicida con jocosidad.

—¿Cómo cuando moriste la otra vez? Oh, espera, esa me la sé. "Puedo con ellos, no necesito esperar por los refuerzos. Puedo hacerlo yo mismo" ¿Cuándo te ha vuelto a funcionar eso?

Pak lo fulminó con la mirada.

—Eso no estuvo previsto y habría ganado si mi mejor amigo no me hubiese apuñalado por la espalda. Literalmente.

Saint les gruñó.

—Se están abriendo camino. Tíos quizás querréis sacar las cabezas de vuestros culos y prestar atención a esto.

El sonido del cristal al romperse hizo eco a través de la casa un instante antes de que empezara a ser un hervidero de demonios.

Lazaros se manifestó en el centro de la habitación. Tres metros de alto en la forma de una enroscada serpiente de una pierna, se enfrentó a ellos.