Capítulo 19

101 20 2
                                    

Boun se despertó con un dolor ardiente. Al principio pensó que estaba bajo ataque, hasta que comprendió que era sólo la palma lo que le dolía. Frunciendo el ceño, meneó la mano y luego la miró para ver lo que se había hecho.

El estómago se le tensó. No...

No era posible. Simplemente no era posible.

Sin embargo, no podía negar lo que veía. Allí en la palma, había lo único que esperó toda una vida poder ver.

Su marca de emparejamiento.

Y no había duda de quién era su compañero. No había estado con nadie más en meses. ¿Cómo podía ser esto? Prem era un DarkHunter. ¿Cómo podía estar emparejado a uno? Nunca en toda la historia un WereHunter se había emparejado con un DarkHunter.

—Ustedes perras están locas. —Tuvieron que ser las Destinos. ¿Por qué unirle a Prem?

A Artemisa le daría un ataque cuando se enterase.

Incrédulo, quería ir con Prem pero se lo pensó mejor. Le había arrojado fuera y no era la clase de persona a la que un hombre iría. Al menos no sin una protección de Kevlar.

El teléfono sonó.

Alargó la mano hacia el y lo abrió sin comprobar el identificador.

—¿Boun?

Había un tono grave en la voz de Prem.

—Hey.

Prem vaciló antes de hablar de nuevo.

—Yo... hay... umm...

Comprendía el pánico que escuchó en su voz. Lo sentía también. Cerrando la palma de la mano con el propósito de sentirse más cerca de él, se pasó la lengua por los labios.

—Tienes una marca en la palma de la mano que se parece a una garra de oso.

—Sí. Quiere esto decir lo que creo, ¿verdad?

Tomó un largo y profundo suspiro antes de responder y se puso tenso ante la inquietud de cómo reaccionaría.

—Sí.

Prem aspiró aliento con fuerza.

—No podemos hacer esto, Boun, sabes que no podemos.

Dio un respingo ante la determinación que escuchó en su voz.

—Sabes que no puedo forzarte. —El emparejamiento era siempre decisión de la hembra, en este caso, de Prem—. Pero si me rechazas, puedes también matarme.

—¡Boun!

Apretó los dientes.

—No soy un eunuco, Prem. No quiero vivir en el celibato durante el resto de mi vida. Prefiero estar muerto.

—No seas tan fatalista. Es sólo sexo. Se puede vivir sin él. Confía en mí.

No entendía lo que estaba tratando de decir. No era sólo el sexo. Era saber que era su pareja y que estaba prohibido estar con él, lo que sería su ruina. Los WereHunters eran siempre maniáticamente protectores con sus compañeros. Nunca les gustaba estar separados.

Saber que estaba ahí fuera, solo...

Eso podría matarle.

Prem dejó escapar un pequeño suspiro.

—¿Cuánto tiempo tenemos para decidir?

—Tres semanas. Después de eso, seré impotente. Gah...

—Muy bien. Tengo que pensar en esto.

˗ˏˋ 20 BounPremˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora