Capítulo 15

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Pak le dedicó una amistosa sonrisa a Scorpio.

—Hey, cabrón, en realidad no son perros. Puedes matarlos sin remordimientos, lo prometo.

Scorpio sacó dos espadas de la parte superior de las botas y extendió las hojas.

—¿Qué son?

Pak desenvainó su propia espada.

—Eso es lo que pasa cuando los dioses se ponen juguetones con los lobos. Sus descendientes hacen toda clase de cosas repugnantes. ¿Verdad, Tay?

—Chúpamela, Griego.

—No eres mi tipo.

Boun puso los ojos en blanco.

—Los leucrotae fueron creados como guardianes para los dioses. Se supone que su piel es tan gruesa que es absolutamente impenetrable.

Tay hizo un sonido de absoluta molestia.

—Supongo que es demasiado preguntar si alguien sabe como matarlos.

Pak emitió una diabólica risa.

—Sí, creo que sí. ¿Has jugado al viejo juego de arcade Joust?

—¿Sí?

—¿Recuerdas los dragones invencibles?

Boun hizo una mueca.

—¿Los que tenías que apuñalar en la boca cuando la abrían para matarlos?

—Exactamente —Pak les saludó con la espada—. Que vuestra puñalada sea directa, amigos míos. Si no, os veré en el Tártaro... recordad evitar las uvas.

El primer can en llegar a ellos fue a por el cuello de Scorpio. Sin pelo y ensangrentados, los perros tenían cabezas pequeñas y un canto huesudo que discurría bajando por la columna hacia la punta de las colas rematadas con lo que parecía una maza puntiaguda una maza de aspecto siniestro.

Con los dientes de un Gato dientes de sable, los leucrotae eran una fuerza a tener en cuenta.

Prem se sintió completamente impotente mientras Tay y Boun se convirtieron en animales para luchar.

Scorpio y Pak se abrieron paso hacia los leucrotae e intentaron conducirlos de vuelta al oscuro abismo. Uno de los perros vino a por Prem. Se tensó instintivamente ante la expectación de luchar. Pero el can fue hasta él, se sentó sobre sus ancas, gruñó un par de veces y volvió a la lucha.

Dos perros más repitieron el gesto, antes de volverse e ignorarlo mientras atacaban a los otros.

Qué raro...

—Que suerte la tuya —gruñó Pak mientras intentaba golpear al que tenía en el antebrazo donde sus dientes le desgarraban la carne.

—¿Están hechos de armadura? —preguntó Scorpio en español.

Pak maldijo.

—Se supone que no. Creo que es solo que su piel es demasiado fuerte. Recordad, su punto débil está en los ojos y en el tejido blando de sus bocas.

Prem se sintió completamente inútil mientras los veía luchar con los perros. ¿Qué podía hacer? Había intentado golpearlos, pero los brazos no le servían de nada.

Espera...

Una idea se estrelló contra él. Convocó su telequinesis. Extendiendo la mano hacia fuera, agarró mentalmente una roca cercana y contuvo la respiración, esperando que aquello funcionara. Se concentró e intentó levantarla.

¡Funcionó!

Con el corazón latiendo, la lanzó al perro que estaba sobre la pierna de Boun. La roca golpeó con suficiente fuerza para hacer al perro a un lado. Este gimoteó y gruñó, entonces volvió a la lucha como si no hubiese pasado nada.

˗ˏˋ 20 BounPremˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora