El mismo mundo, diferentes realidades. La necesidad de salir adelante lleva a Karol a buscar una salida y aunque no era la mejor opción, era su única opción, así que decidió tomarla.
En cuanto a él, vive sumido en el torturoso recuerdo de su pasado...
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—Has estado muy callada desde que salimos de casa de mamá ¿Paso algo? - pregunto observando cada uno de sus movimientos, ella niega, mientras se adentra más a la casa, con Madison en brazos
—No pasa nada... ¿Acondicionaste alguno de los cuartos para Madison? - dice cambiando de tema, niego
—Madison siempre ha tenido su cuarto aquí... Solo que no lo habría, decidí cerrarlo, hasta que ella volviera a vivir completamente aquí
Desde que Aylén supo que estaba embarazada, comenzó a planear como quería hacer el cuarto del bebe, en ese entonces, comenzó eligiendo el estilo que quería que tuviera el cuarto, una vez que supimos que era nena. Comenzó a llevarlo, acaba, pintando, eligiendo los colores que llevaría, a compras las cosas... Todo fue hecho por los dos, elegido por nosotros, era enorme el dolor que me provocaba entrar al cuarto y recordar todos los momentos que vivimos mientras hacíamos el cuarto. Por eso lo cerré, por qué no soportaba que no estuviera ella, que mi hija tampoco pudiera disfrutar de algo que hicimos, que hizo su mamá con tanto amor, para ella.
—Ven, vamos - digo con dos valijas en las manos, mientras comienzo a subir las escaleras
Ella me sigue unos cuantos escalones abajo, al llegar abro la puerta, dejando ver el interior, Karol que está atrás de mi suelta, un suspiro de asombro. Y es que la habitación es hermosa, en la casa de mamá, la habitación que le hicieron a Madison, gritaba lujo, ostentosidad, por qué mis padres serían capaces de darle el mundo entero a Madison, si pudieran. Pero la habitación que hicimos Aylén y yo, la hicimos llena de fantasía, de ilusión. Mi casa no era tan grande como la de mis padres. Las habitaciones todas tenían baño propio, pero no había un closet tan grande como el de la casa de mis padres. Aun asi las habitaciones eran bastante amplias.
Había una película de una princesa en especial que le gustaba mucho a Aylén, la princesa tenia un cabello muy largo y brillaba cuando la supuesta madre le cantaba una canción, mientras lo peinaba, el cabello le brillaba, pues, había adquirido el poder de la flor que le salvo la vida a la pequeña. Le fascinaba la película, la veía una y otra vez... Cuando supo que sería una nena, quiso hacer el cuarto con detalles de esa película.
La cuna la mando a hacer al estilo de esa flor, mientras que en la pared, mando a hacer el diseño de las luces flotantes de la película, con algunas flores, era un diseño impresionante. Al contrario, a esa pared, había dos puertas, una daba al baño y la otra al pequeño closet, en el medio había un espacio lo bastante amplio para colocar el mueble para cambiarla, que es de color amarillo, claro, muy claro. Alfombra en el piso, de color rosa, las cortinas de la habitación son blancas en el centro, rosa en la parte de los lados, dejando entrar la luz del sol, iluminando todo. Las cuatro paredes están pintadas de la tonalidad crêpe, al menos asi recuerdo que me dijo Aylén que se llamaba el color. Con cuadrados de vordes dorados, una silla, mecedora, de color gris claro, enfrente de esta estaba un banco del mismo color, un cesto rosa, para la ropa, sucia de Madison. En una de las paredes tres cuadros, uno tenia un dibujo de pascal, el camaleón de la película, en el cuadro del medio tenia un sol, dorado con una M en medio, de color morada, el tercer cuadro y último tenia un caballo blanco, todos los dibujos eran animados.
