Omar (Papa de Karol) 

—¿Qué tal te sientes? - dice Sonia, apenas ingresa a casa

—Bien, ¿Por qué? - ella se encoge de hombros mientras se sienta enfrente de mí

—Me comento ayer Karol, que hoy iba a ir con su suegra a ver a una organizadora de eventos, para comenzar con los preparativos de la boda. Y conociéndote como te conozco, sé que la noticia no te agrada mucho - hago una mueca ante la insinuación 

—No es que no me agrade, sino que me pone triste, saber que mi hija pronto sé irá de aquí, que la veré cada vez menos, porque está formando una familia. Me voy a quedar solo Sonia

—No digas eso, siempre la vas a tener, sabes que eres importante para ella, además también estoy yo, tu hermana, Mauricio que sabes que también te tiene un gran cariño 

A él al igual que a Karol lo he visto crecer y asi como Sonia ha sido una persona fundamental en la vida de mi hija, yo soy una persona fundamental en la vida de Mauricio, he sido esa figura paterna en la vida de Mau

—Lo sé y muchas gracias, por todo, pero me duele... — la oración queda a la mitad, cuando el timbre de la casa nos interrumpe

Ya no es raro que personas al azar a todas horas vengan a tocar a mi casa, muchas veces pidiendo que les venda algo de la tienda, asi que me paro y camino hacia la puerta cuando suena una segunda vez

—¡Voy! - grito, mientras me apresuro a llegar a la puerta principal

La sonrisa que había instalado en mi rostro para recibir a la persona del otro lado, se me borra, apenas veo a la persona enfrente de mí, hacía haya pasado miles de años la seguiría reconociendo 

—Omar - dice apenas audible, la miro de arriba a abajo

Es ella. Claro que los años han pasado, pero la mirada jamás cambia, esas siempre sigue siendo la misma

 —¿Qué haces aquí? - la panza me arde, no sé si de enojo o de nervios

—Yo... Yo quiero - hago una mueca que le impide que continúe 

—¿Qué quieres? ¿Arruinarlos la vida de nuevo? - ella niega mientras los ojos se le llenan de lágrimas 

—No... Solo quiero recuperar a mi hija - dejo salir una carcajada sin una pisca de humor 

—¿Tu hija? - rio más - Ella no es tu hija. Hace mucho que perdiste ese derecho 

Puedo ver el dolor que le provocan mis palabras, pero no me importa asi como a ella, no le importo lo mucho que nos lastimó cuando se fue, lo mucho que mi pequeña, la extraño, le lloro y aunque hice de todo para que jamás le faltara nada, sé que le hizo falta su madre aunque no me lo digiera. 

—Ya no es una niña, tú no puedes decidir por ella. Ella es quien debe de tomar esa decisión 

—Madre no supiste ser y regresas después de 15 años ¿Qué pretendes? ¿Que reciba con los brazos abiertos? ¿Que se alegre de verte? Era muy chiquita cuando la abandonaste, tal no entendía del todo lo que paso, el porqué su madre no estaba, y sin decirle nada, sin meterle cizaña fue creciendo, se fue dando cuenta de las cosas. No esperes que te reciba feliz, por qué no va a pasar 

—Sé lo que hice, sé las consecuencias de mis actos. Hoy asumo esas consecuencias, por eso estoy aquí, porque quiero remediar mi error, sé que no va a ser fácil recuperar lo perdido, yo misma me he castigado cada día de mi vida, desde que los deje, desde que la deje, estoy consciente de lo que hice. No hace falta que me lo recuerdes 

Solo para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora