Última noche en México, el socio con el que había cerrado el contrario me invito a cenar a un restaurante para celebrar el cierre del negocio, le comente que no había venido solo y él considerado, me dijo que sin problema podía llevar a mi acompañ...

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Última noche en México, el socio con el que había cerrado el contrario me invito a cenar a un restaurante para celebrar el cierre del negocio, le comente que no había venido solo y él considerado, me dijo que sin problema podía llevar a mi acompañante, que él llevaría a su esposa. 

Asi que después de pasar una larga tarde en el castillo y en el zoológico le comente a Karol sobre la cena, que con amabilidad y a pesar del cansancio, acepto acompañarme. Me gusta ser puntual, asi que apenas termino de alistarme, bajo al living del hotel, llevo puesto un elegante traje negro, camiseta blanca y corbata gris. Llevo casi media hora esperando a que Karol baje, ella también suele ser muy puntual, pero al parecer hoy no llegaremos puntual

Camino de un lado a otro, empezando a impacientarme, considerando seriamente ir por ella a su habitación, estoy por dar la vuelta, he ir por ella, cuando siento como tocan mi hombro. Al voltear, la veo que me sonríe, hoy sus ojos son una mezcla entre el azul y el verde.  

Sin resistirlo, hago un recorrido por su cuerpo, lleva puesto un vestido negro corto, semi pegado, de cuello redondo, arriba de este lleva puesto un saco blanco, de manga, tres cuartos, con unas zapatillas, altas, del mismo color del vestido. Lleva un perfecto maquilla, que le hace resaltar sus ojos, su largo cabello lo lleva suelto, pero sé a hecho ondas mas definidas, sus labios van pintados de un rojo intenso, que solo me provoca hacer algo que no debería. Ella me mira con preocupación, al ver que no digo nada, comienza a hablar con nerviosismo. 

—¿Qué pasa? ¿No me veo bien? Me tardé por qué no sabía que ponerme, no sé si estoy vestida para la ocasión, es más, sabes que mejor ve solo, no quiero que pases vergüenzas por mi culpa. — todo lo dice demasiado rápido, me acerco a ella, tapo su boca con cuidado mientras la tomo de la cintura

—Eres preciosa con cualquier cosa que te pongas, me he quedado callado por qué me has dejado sin palabras, estás perfecta - antes de alejarme para darle su espacio, le doy un beso en la mejilla

—Gracias - dice con las mejillas coloradas, la tomo de la mano y nos encaminó al estacionamiento del hotel 

—Tenemos que darnos prisa, vamos tarde - ella mira su muñeca en donde lleva puesto un reloj, frunce el ceño y niega 

—Aún faltan 20 minutos para la hora - dice, sonrió 

—Bueno, aquí te va un dato curioso de la CDMX, es una de las ciudades con más tráfico y es este momento es la hora de salida de muchos trabajadores, asi que si no nos damos prisa, llegaremos muy tarde. 

—CDMX es Ciudad de México ¿Verdad? - asiento 

(...)

Logramos llegas a nuestro destino bien, con cinco minutos de retraso que para mí es el tiempo de tolerancia, perfecto. Le doy nuestros nombres a la hostess, que nos lleva a la mesa en donde ya nos espera mi socio con su esposa, que apenas nos ven se ponen de pie, me acerco a él y nos saludamos dándonos un corto abrazo, estrechando la mano 

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