— Ya le avise a mis amigos, todos me dijeron que si venían, también a mi familia y dijeron que si sin falta estarían aquí - digo mientras camino hacia ella que me mira con cara de asombro 

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— Ya le avise a mis amigos, todos me dijeron que si venían, también a mi familia y dijeron que si sin falta estarían aquí - digo mientras camino hacia ella que me mira con cara de asombro 

—¿Cómo es que ya tienes todo? - coloco mis manos en sus mejillas y le planto un casto beso en sus tersos labios 

—No es difícil, le pedí ayuda a mamá o más bien consejos, ella me pasa el número de un bufé que renta y decora acorde a lo que tú quieras. Los contacté, les dije lo que quería y guala ya está todo para este sábado. 

—Mejor vos te hubieras hecho cargo de organizar la boda, lo haces ver tan fácil - sonrió y niego 

—La boda es tu sueño, de los dos, pero mi deseo es que vos lo organices como siempre lo soñaste, por eso es que te dejo a vos que lo hagas, por qué sé que es el sueño de toda mujer. 

—Lo sé, gracias por eso

Una vez entre charlas, en esos tiempos en los que éramos amigos, ella me contó, el cómo soñaba casarse de blanco, con un enorme vestido, rodeada de las personas que la quieren. Sé que es un sueño que tiene. A mí no me cuesta nada dárselo, hacerla feliz, y aunque me involucro en el asunto, soy observador, primero me fijo en la reacción que tiene hacia ciertas cosas de la boda y dependiendo de su alegría escojo, por qué sé lo mucho que le hace ilusión. 

De ella he aprendido tantas cosas. Desde sus ojos todo parece un cuento de hadas, una fantasía, una ilusión que yo había perdido desde que Aylén se fue, pero con Karol entendí la importancia de tener ilusión, sueños, anhelos. Era feliz con tan poco, y daba gracias por ello, yo que lo tenia todo me la vivía renegando por lo que me faltaba. Me encerré en una burbuja, para no sentir, para no volver a sentir el dolor de perder algo que quieres, en mi caso alguien, no deje entrar a nadie a mi vida por miedo a volver a sentir el mismo dolor que sentí cuando Aylén se fue, ese vacío horrible que deja la ausencia de alguien. 

Karol, poco a poco me regreso la ilusión, la alegría, ese calorcito que te hace sentir el amor de alguien. Comprendí que nada es eterno, pero que por eso uno debe de disfrutar las pequeñas cosas, los pequeños placeres de la vida. Hoy día mis placeres más grandes son disfrutar de mi hija, ver como va creciendo, como deja de ser una bebe para convertirse en una niña, el pasar tiempo con Karol y ella es lo que más gozó me dan, cuando más completo me siento 

—¿Estás lista para irnos? - asiente, mientras se para a tomar su bolsa que había dejado en la mesa del comedor. 

—¿Estás nervioso? - niego 

Por qué sé que ella sí lo está. Hoy nos toca ir a recoger los análisis que nos hicimos hace tres días.  Desde entonces más de una vez la he visto pensativa y sé que es eso lo que le preocupa 

—No, pero vos sí, no debe de ser nada grave, amor. Tranquila - niega 

—Creo que hemos sido un poco descuidados Ruggero. Sé que el trabajo, en tu caso, en mi caso la escuela, son cosas importantes. Pero nada debe de ser más fundamental que nosotros, nuestra salud. Vos más que nadie debe de cuidarse, siempre debes de recordar que Madison te necesita, que sos su papá y si vos no estás ¿Quién cuidara de ella? - es real su preocupación - Yo podre ser su mamá del corazón, pero legalmente yo no tengo derecho alguno sobre ella, y si vos no estás ¿Qué crees que va a pasar? Más ahora que regreso la familia de su mamá 

Solo para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora