Ciudad Antigua, España en 1948
Amanecía el primer jueves de agosto y la ciudad se preparaba para la feria. Las niñas de la casa Poyatos probaban emocionadas los trajes de gitana que su madre había terminado de arreglar. Rosario, la mayor, había cumplido ya los veinte años y era la primera por casar. Tenía sus pretendientes, pero ninguno les había parecido aún el adecuado a la madre y a la hija, que esperaban a alguien con posibles que les librará de la miseria.De rancio abolengo, los Poyatos conservaban su casa en la avenida y sus campos de labranza en los alrededores. Pero los años de la guerra fueron demoledores para la agricultura y la posterior muerte de D. Manuel no ayudaba a la recuperación económica.
Carmen, con tres niñas a su cargo, no pudo hacer otra cosa que ir vendiendo sus tierras poco a poco. Las últimas, las que configuraban la Quinta del Soto, las tenía arrendadas a los Narváez, buenos pagadores. Esperaba que con las rentas y lo que aún le restaba de lo vendido, pudiesen vivir conformes a su dignidad hasta casar a las hijas.
Cómo se habían tenido que deshacer de la calesa, engalanaron el carro. Aún tenían un par de caballos bien lucidos y podían pagar a Bartolomé, que vestido como manda la tradición, conducía la carreta que les llevaba hasta la ermita.
Mercedes de dieciocho años, era más bella que su hermana y mucho más peligrosa para la madre, que soñaba casarla con algún indiano rico. Ella, no estaba dispuesta a cumplir sus planes. Se había enamorado de Vicente, el pequeño de los Narváez y llevaban su romance en secreto.
La última de las hijas de Carmen, Pilar, sólo tenía catorce años y aún no estaba en edad de merecer.
Madre e hijas descendieron de la carreta. Comenzaba a hacer calor. Los puestos de dulces se agolpaban a la entrada.
―¡Cómprame mantecados Mamá!― Rogó Pilar.
―Luego, hija. Primero hay que oír misa y comulgar. Después, esperar un par de horas a que se asiente en el cuerpo Nuestro Señor y luego ya habrá tiempo de dulces.
Desde años inmemoriales los Poyatos tenían su banco preparado en el interior de la capilla, junto a los otros señores. Los campesinos se arremolinaban a la salida y los comerciantes y arrendatarios, acudían a la Santa Misa que se celebraba en la Iglesia de San Esteban, junto a la plaza.
En otro tiempo, en otro lugar, a millones de años luz....
<<48 meses intentando concebir para que se nos muera en menos de dos minutos ¡¿De qué nos servirá ir atrás e intentarlo de nuevo?!>>
Con desesperación, Allan trataba de convencer al Consejo de salud de Moderna.
Era la séptima vez que el experimento de reproducción había fracasado. Las células de los últimos modernianos habían degenerado tanto que se había vuelto imposible traer hijos sanos al mundo. Caminaban inexorablemente hacia la extinción.
<< Los avances científicos de los últimos milenios nos han permitido vencer a la enfermedad, pero no nos han hecho inmortales sino estériles. La hibridación con alguna especie de homínidos menos evolucionados es nuestra única salvación >>
Continuó explicando Allan.
Según estudios recientes, la que más similitud genética guardaba con el homo modernianus era el homo sapiens, un antecesor que había permanecido en la tierra sin experimentar cambios significativos.
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Una historia muy vulgar y otras que no lo son tanto
Short StoryRelatos cortos de diferentes temáticas sobre todo cuentos fantásticos o de humor, pero también alguno de miedo. Son muy irregulares en su extensión, los hay de un par de páginas, de veinte y de seis capítulos. En realidad sólo tienen dos cosas...