Me apunté al curso de cata por los puntos. Necesitaba cuatro créditos y el resto de los seminarios eran serios y aburridos. Nunca me gustó el vino y me desternillaba de risa con esos términos rimbombantes :
"¿No percibís aromas frutales, florales?" " Observar la velocidad con la que se desliza la lágrima"
" Expulsar el aire por la nariz y sentir el retrogusto..." ―decía el profesor― y todos movían sus copas, olfateaban y respondían a las preguntas con cara de interesantes.Yo que ni sentía ni padecía tales placeres elevados, pasé de divertirme a sentirme un poco fuera de lugar.
Nos sirvieron el tercer vino, de un rojo brillante. Entonces él se acercó a mí. A través de sus gafas clavó sus ojos verdes sobre mis pupilas y dijo:
" Agita el vino" y yo lo agité y vi como un remolino de colores rojos, morados y azules me enredaban hasta el fondo de la copa "ahora huele ¿Qué aromas percibes?"― continuó ―"fresa, frambuesa, cereza" ― le dije abrumada ―entonces él me dijo: " bebe un sorbito y pásalo por toda la boca, distingue los sabores, dulce, salado, ácido, amargo" " ¿A qué te sabe?" ―Me dijo, mirándome a los ojos de nuevo, "a beso" ―pensé― "delicioso" ―le respondí― "Toma un poco más y nada más tragarlo expulsa el aire por la nariz, tal vez observes aroma a madera" "¿Que tal?. ¿ Lo encontraste?"―me preguntó ―"Quizás"― le dije, mirándole y sonriendo con cara de embobada.
¡Pensé que le amaría para siempre, pero todo terminó con una copa de vino!
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Una historia muy vulgar y otras que no lo son tanto
Short StoryRelatos cortos de diferentes temáticas sobre todo cuentos fantásticos o de humor, pero también alguno de miedo. Son muy irregulares en su extensión, los hay de un par de páginas, de veinte y de seis capítulos. En realidad sólo tienen dos cosas...